Line

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          Line estaba cuidando a la niña Azúl que todavía estaba inconsciente, lucía frágil e inocente, estaba encorvada con los ojos cerrados.

           Line por su parte soltaba lágrimas en breves momentos, acababa de ver la muerte de un niño uno que le había salvado la vida varias veces.

            Y aunque para ella el tiempo parecía haberse detenido no fue así. El conflicto entre los dos ejércitos todavía existía y sin que ella se diera cuenta observó a la distancia al maestro, estaba llegando a la arena al frente tenía a su rival.

           El maestro estaba casi irreconocible, llevaba un traje negro que parecía cuero pero era más flexible, tenía ligeros trazos de acero que le daban mayor protección.

          Llevaba varias armas, en su espalda, Line escuchaba comentarios que describían el traje del maestro, como el original de los asesinos.

            Una capucha tapaba toda su cabeza y en su rostro llevaba una placa metálica que no dejaba ver su boca.

            En el mismo traje tenía unos veinte cuchillos que se sostenían firmemente y en la espada llevaba una kusarigama qué eran dos palos sostenidos por una cadena y al final había una hoz que se podía agitar, además el maestro también llevaba una espada de un metro que lucía muy similar a la espada de su contrincante. Era una espada hecha en el continente Gicamet con mango negro y pomo en forma de círculo, le solían llamar espadas cruz de una sola mano ya que eran bastante ligeras.

             El rival no era un jinete de agua, se notaba por su forma diferente de caminar, su cabello largo y ordenado y su armadura ligera que no cubría todo su cuerpo.

             Sailem el hombre que venía del país Merlot.

          —Has crecido bastante niño —dijo el maestro y todos en ejército de Senod empezaron a susurrar, Line no entendía mucho lo que pasaba.

           —Nunca pensé que lo vería de nuevo Maestro —respondió el hombre que llevaba dos espadas en la mano bastante seguro y sin estar en guardia, tenía los brazos abiertos como una invitación a que lo atacaran.

           —Se conocen —dijo el viejo Maíz que se había acercado a Line y ella ni cuenta se había dado.

           —Así parece —respondió Line.

           —Nunca te había visto usando ese traje, estuve dos años entrenando contigo y siempre te veía usando esos arapos de viejo—gritó Sailem mientras se paseaba con sus dos espadas por la arena —. Me enviaron para asegurarse de que los jinetes ganen esta batalla pero ahora que sé que eres tú el qué lidera la rebelión entonces dudo que ganen eso al menos que...

            —Al menos que tú me mates —respondió el maestro que sostenía dos cuchillos con sus manos sin perder la concentración.

          —¡Dejen de hablar! —se escuchó un grito del ejército de los jinetes.

          —¡Solo matense ya! —se escuchó otro.

          —Está escuchando eso Maestro —dijo Sailem señalando a los Jinetes —. Son unos simples saqueadores asesinos y esclavistas, pero para mantener la economía de Merlot los necesitamos. Tú lo sabes estuviste al frente de nuestro país.

          —¿El maestro fue un tipo de líder en aquél continente? —preguntó Line. Pero nadie supo responderle.

           —¿Qué planeas Sailem? —preguntó el maestro.

          —Hace poco murió tu discípulo uno de los últimos asesinos y además de ti, aquella niña es la última que queda. Curiosamente son los últimos combates que quedan —el maestro parecía bastante enojado cuando hablaban de el niño Pez.

Herederos de Alhel: Ciencia y magia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora