Neomor

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          Neomor sabía muy bien que el mundo era mucho más grande de lo que todos pensaban, incluso lo sabía mucho antes de que los físicos lo descubrieran, él había nacido con esa idea.

          Era casi media noche, la ciudad estaba iluminada con bombillas blancas de electricidad que alumbraban la calle de asfalto, había edificios altos y puntiagudos, hechos de piedra y aceros doblados en arcos, dentro había varias oficinas en la que todavía habían personas trabajando, desde cualquier lugar de la capital del país Moat se podía ver esa estatua gigantesca a los ojos de los hombres de Moat. La gran estatua era de aquél que había sido su dios y fundador Tan el cambiante. Él poseyó la capacidad de alterar su estatura y así fue que ayudó en la construcción de todo el país de Moat que era el país con más recursos y con más tecnología.

          Neomor era un fornido instructor y profesor de realidad virtual, un adulto de treinta y cinco años de edad, de piel oscura, con bigote y barba corta, con ojos color ámbar. Caminaba con pasos meticulosos, firmes, precisos pero delicados, era muy organizado, tímido y obsesivo.

          Estaba regresando a su oficina porque había dejado las llaves de su casa algo que no era común para él, era una persona con una memoria casi perfecta.

          Neomor era el diseñador de la nueva maravilla del país Moat, él diseñó la realidad virtual, aquél mundo que le permitiría a los hombres de Moat entrenar de la manera más eficaz: con sus mentes. Pero que aún estaba en fase de prototipo y que solo unos pocos habían probado.

          Cuando estaba abriendo la puerta de su oficina, se dió cuenta que dentro se encontraba el General Arthur, el segundo al mando en el país.

          —Dígame, ¿a qué debo su visita General? —preguntó, se extrañaba que El General estuviera en su oficina y no consideraba que entrar allí sin su permiso fuera correcto, pero no había mucho que pudiera hacer.

         El General Arthur se había hecho cargo del país desde el último año, ya que el presidente Lance City ya estaba muy viejo y a punto de morir, a pesar de que era una de las grandes mentes, su estado actual le ha impedido guiar al país por lo que el segundo al mando se hacía cargo de todas las decisiones.

          —Necesito que hagas algo por mí —respondió el General mientras cuestionaba toda la sala de realidad virtual que estaba en la oficina de Neomor —. Estamos preparando un equipo, pero para continuar necesito tu ayuda —explicó el General con voz autoritaria por lo que Neomor sabía que no tenía muchas opciones.

          —¿Qué tipo de ayuda? —preguntó, no le gustaba la idea de ayudarlo pero sabía que el rechazo no era una opción

          —Necesito que evalúes a dos personas.

          —Pues, ese es mi trabajo —afirmó y se preguntaba de que se trataba todo esto.

          —Quiero que hagan todas las pruebas que tengas en la realidad virtual, ya notarás a que me refiero —aclaró el General. Neomor había sido el único en presentar todas las pruebas, incluso la más difícil que era la aleatoria que combinaba toda la realidad virtual y se necesitaba de mucha cognición, habilidades físicas y control mental.

          El General le explicó algunos detalles a Neomor sin decirle nada en realidad pero había entendido que dos personas venían a presentar una prueba, estaban involucradas en un gran proyecto y eran las mentes más jóvenes y brillantes del país Moat pero había una última prueba que debían superar para poder participar en aquél gran proyecto.

Herederos de Alhel: Ciencia y magia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora