Chama

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           —Me llamó domador... —dijo Chama airado, estaba flotando sobre el mar que estaba mucho más helado de lo normal incluso él, con su piel gruesa de Ani sentía como su sangre se enfriaba. La luz de la luna resplandecía haciendo que el mar la reflejara con la misma intensidad pero atenuada por las olas —. Ese Latem estúpido, llamar domador a un Ani es el peor insulto.

          Chama no recordaba ni una sola vez donde ese apodo le fuese hecho honor a los hombres Ani, es cierto que compartían su vida con todo tipo de vida animal, pero no se consideraban superiores a ellos. Él y todo su país hasta los consideraban hermanos.

          —Sería más adecuado que nos llamaran: amos de las olas, nadadores, amos del viento, jinetes de animales —continuó hablando solo, aquél soldado Latem con el que se había topado realmente lo había irritado. Pero no siguió pensando en aquél hombre, prefirió concentrarse en lo que vino a hacer al mar al sur de Latem.

          Volvió a sumergirse en las profundidades de esas aguas y su piel empezó a cambiar de color como si tratara del cielo o de un camaleón que cambia de color para sobrevivir, su piel se tensó mucho más y sintió como se empezaba a generar un poco más de calor en su cuerpo.

          Luego de un rato sumergido y sin poder encontrar nada salió a la superficie de las aguas a tomar un poco de aire, aunque todavía no era necesario porque podía aguantar la respiración al menos por una hora.

          —Azul mar —dijo, mientras se miraba las manos y los brazos —. Nunca me dejo de extrañar de los colores que toma mi piel —Su piel ondeaba entre diferentes azules como el mar —. Sé que estás acá, sé que aún quedan de ustedes, no creo que la madre Misa dejara que se extinguieran.

          Se sumergió una vez más, su piel sensible podía sentir como el mar cambiaba su temperatura muy rápido, cosa que él muy bien sabía que no era común, las aguas estaban cada vez más fría. Chama ya tenía más de una hora buscando y no dejaba de clamar a su madre Misa para que lo guiara.

          —Madre, ayúdame a encontrar a esta criatura de tu creación —clamó mientras se mecía por las olas del mar —. Por favor, humilde cierva... —A lo lejos escuchó un gran estruendo como el que hacen dos nubes al chocar antes de llover, pero sabía que este estruendo no era eso, se trataba de el animal con el que mantenía un vínculo de hermandad. Una nube viviente, esponjosa de nombre Duo que pertenecía a la especie de animales nubel. Chama hizo señas desde lejos anunciándole que podía volar a los cielos y esperar.

          —Estás cerca pequeño oice, puedo percibirte —susurró y el agua alrededor empezó a helarse, a hacerse dolorosamente fría para él, empezaba a solidificarse mientras su aliento estaba helado salía como humo de su boca a pesar de que su piel empezaba a compensar la temperatura helada con calor, Chama sentía que ya no iba a aguantar. Podía escuchar como el agua pasaba de estado líquido a estado sólido... Ya el frío era casi irresistible así que empezó a nadar a la orilla lo más rápido que pudo, era un buen nadador como todos los Ani.

          —Tengo que salir de acá o moriré congelado, Conviértete en un delfín y sálvame Misa —gritó Chama clamando y nadaba lo más rápido que podía a la orilla —. Nada, nada muy rápido y no te detengas —se dijo a sí mismo. Estaba bastante al tanto que si dejaba de dar tan solo una brazada. Aquella helada agua lo alcanzaría y moriría, su piel empezó a irradiar un poco de luz azul para que pudiera ver muy bien el camino. La orilla estaba rocosa y podía lastimarse sino esquivaba esas rocas.

          Como pudo esquivó aquellas rocas apoyándose en la luz que emanaba su piel para observar. Ya casi estaba en la orilla no quería mirar hacia atrás pero sabía que también estaba cerca de ser congelado. Cuando al fin llegó a la orilla intentó salir del agua corriendo agitado cuando de repente siente un frío que toma su pie derecho. Aquellas aguas estaban congeladas por completo era hielo sólido y no solo eso también su pie derecho lo estaba, se había congelado tomando un poco de su pierna.

Herederos de Alhel: Ciencia y magia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora