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Y finalmente las cosas parecían volver a la normalidad.

Spreen dejaría de evitar tanto a Roier, ahora sabiendo que éste no recordaba nada del beso. Y Roier se quedaría tranquilo con la respuesta que le había dado su Manager sobre la idea de renunciar. Todo estaba bien.

O eso creía Spreen.

— Tienes que irte.

— ¿Qué?

Esa mañana, al otro día del problema, el encargado de los departamentos lo llamó con el fin de darle esa noticia.

— ¿No escuchaste? Te he dicho que te mudes.

— ¿Pero por qué?

Preguntó el joven totalmente incrédulo de que su casero lo esté echando de una forma tan repentina.

— ¿Cómo que "por qué"? —El hombre mayor habló indignado hacia el chico.— ¿Sabes cuántas quejas recibí por tu escándalo de ayer? ¡Muchos vecinos te quieren fuera de aquí!

Spreen bufó mientras giraba los ojos.

— Eso ni siquiera fue culpa mía.

— Y yo tampoco quiero hacerte ésto a ti pero tienes que estar agradecido de que al menos no levante cargos por daño a la propiedad privada. —Agregó el hombre sin despegar la vista de su periódico. Como si fuera cosa de todos los días dejar a alguien sin techo.— Ahora toma tus cosas y lárgate.

Y unas cuantas horas después, el Universitario ya se encontraba fuera del lugar con cuatro cajas y una gran valija.

Sabía que Roier había causado una gran conmoción el día anterior pero no esperaba que fuera tanto como para que lo echaran así. Tan pronto. En realidad no esperaba que lo echaran y punto.

¿Dónde se supondría que viviría ahora? No tenía tiempo para buscar un nuevo departamento ya que en unos minutos debía buscar a Roier.

Y así fue como Spreen terminó ocupando todo el automóvil de la empresa con sus cosas. Provocando que el actor termine sentado en el asiento del copiloto junto a él.

— Verga... Mira todas esas cajas. ¿En serio ellos solo te echaron así sin más?

Preguntó inocentemente Roier observando el tumulto de cajas en el asiento trasero.

— Sí... Gracias a cierta persona...

Murmuró el mayor con un tono lleno de enojo. Cosa que Roier notó a la perfección así que decidió encogerse tímidamente en su asiento y no decir ninguna otra palabra en todo el viaje.

Porque era su culpa. Ahora Spreen no tenía dónde quedarse por un capricho suyo. Y sabía que estaba enojado.

¡¿Cómo no estarlo?!

A veces, el actor miraba a su Manager solo para saber si el mal humor se le había pasado. Pero no.
El chico de cabellos azabaches no le dirigía la palabra, respiraba de forma pesada y se mordía el labio inferior con fuerza para no decir algo hiriente o parecido.

"Dios dame paciencia, porque si me das fuerzas lo mato."

~ • ~

— Ahh... Entonces por eso había tantas cajas en la Van...

Respondió Rivers con pena cuando Spreen terminó de contarle su desgraciada anécdota.

— Sí, Bueno...

La chica estaba peinando a Roier mientras hablaba con su Manager así que el joven actor no podía escapar de esa charla.

— Ay... Entonces ¿Hoy no tienes donde dormir? —Spreen negó ante la pregunta de la estilista.— Y además no puedes buscar otro lugar porque estarás todo el día trabajando para Ro...

No Puedo Dejar de Mirarte | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora