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"Roier ¿Estás seguro sobre esto?"

"¿Él también? Ah, de tal palo tal astilla..."

"Con lo que pasó con tu padre ¿aún sigues pensando en esos tontos sueños? Tienes que madurar."

Roier

Roier

Roier... No me dejes.

El joven actor se despertó abrumado por el sueño que acababa de tener. Más bien pesadilla.

Eran esos tontos recuerdos que hasta hoy en día lo seguían atormentando.

Así que cuando se calmó y pudo reconocer su habitación se dejó caer en la suave cama, soltando un largo suspiro.

Solo fue un sueño...

Roier.

Volvió a recomponerse rápidamente cuando escuchó la voz de su Manager en el umbral. Al parecer el chico había olvidado como llamar a la puerta.

— Hay que desayunar, en unos minutos salimos.

Dió aviso Spreen para luego retirarse de su cuarto sin siquiera un "Buenos días". Pero Roier ya estaba acostumbrado a eso.

Así que se levantó, se dió una ducha y casi quince minutos después ya ambos chicos se encontraban bebiendo dos tazas de café uno en frente del otro.
Hoy había sido turno de Spreen para preparar el desayuno, por eso no era algo tan "extravagante". Solo dos simples cafés.

Ese era un buen momento para pedirle una respuesta al mayor sobre lo de practicar las líneas de Roier. Pero el actor se arrepintió después de caer en cuenta del cansancio de su pobre Manager. Por eso decidió que iba a practicarlas solo. No le pondría otra carga a Spreen.

Pero en cambio, decidió romper ese incómodo silencio con otra cosa.

— Spreen...

— ¿Hm?

Simplemente soltó al ser nombrado. Pero era suficiente para que Roier volviera a hablar.

— Esta quizás sea una pregunta estúpida pero... ¿Por qué quisiste trabajar como Manager en primer lugar?

Roier se esperaba alguna respuesta como: "Por experiencia laboral" o quizás "Me gusta el entorno". Pero lo había idealizado mucho.

— Por la plata, obviamente.

— ... Oh.

Claro, era más que obvio.

— Pero no lo tomes a mal. Es que mis anteriores trabajos no pagaban mucho y yo necesito un buen sueldo para poder mantener mi matrícula al día, pagar la renta y sobrevivir.

Explicó el mayor intentando mejorar su primera respuesta pero aún así sentía que estaba marcando una fachada de materialista en frente del menor.

— Entiendo...

Murmuró el castaño bajando la vista a su taza de Café medio vacía. Y al ver eso, Spreen se apresuró a agregar:

— Pero hoy en día no es lo más importante.

Roier volvió su vista al chico frente suyo con repentino interés.

— Honestamente me siento cómodo con este trabajo. He aprendido muchas cosas nuevas y mis compañeros son agradables. Mariana es un tipo muy simpático, Rivers es estricta pero graciosa, y además conocí a alguien...

Detuvo su hablar solo para ver la reacción del actor, el cual apoyó los codos sobre la mesa y sostuvo su rostro con ambas manos.

— ¿Ah, sí? ¿A quién?

No Puedo Dejar de Mirarte | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora