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Los gritos de tanto mujeres como hombres, jóvenes y adultos, se podían escuchar hasta adentro de la limusina cuando ésta aparcó delante de la gran alfombra roja. Eso era una reacción de esperarse ya que todos sabían quién era la persona que había llegado.

La Estrella más esperada de la entrega de premios: El actor y cantante Roier Alt.

El joven prodigio del momento, el cual con pocas apariciones en el medio logró lo que muchos anhelaban y se esforzaban por años: El amor y la admiración del público.
Roier estaba en cada revista, en cada evento y en cada pantalla.
Era imposible no escuchar de él a menos de que vivieras bajo una roca.

Con solo poner un pie fuera del automóvil, los gritos se intensificaron y era un alivio que hubiera una barrera con seguridad, la cual separaba a los fanáticos de los famosos en la alfombra roja, porque sino el joven ya tendría miles de personas encima suyo.

— ¡Miren! ¡Es Roier!

— ¡Roier, Te amo!

Se pudo escuchar a unos fanáticos exclamar mientras alzaban su cartel colorido con el nombre de dicho artista.
Éste finalmente salió de la limusina, acomodando su saco de vestir color azul marino. Comenzando a saludar a todos con su mano y una reluciente sonrisa.

— ¡Roier Alt! ¡¿Puedes responder unas preguntas por aquí?!

Un reportero se acercó rápidamente invadiendo el espacio personal del jóven, pero igualmente Roier lo recibió de forma amable sin queja alguna.

— Sí, claro. No hay problema.

La belleza innegable del joven actor no era lo único que resaltaba (y adoraban) los fanáticos. También se hablaba mucho de la personalidad que dejaba ver a los demás: amable, alegre y humilde. Tres características que se sumaban a su perfección y lo volvían una persona completamente maravillosa.

— Muy bien, Joven Alt. Primero que nada bienvenido, nosotros somos de QSMP News. Mi nombre es Maximus. —Se presentó el hombre de bigote y cabello largo con su micrófono en mano.— Queríamos preguntarle ¿Como se siente al estar invitado, una vez más, a La Velada de los Premios Esland Cinematográficos? 

El mayor acercó el objeto hacia Roier, esperando su respuesta.

— Es un gusto, Maximus. La verdad, haber sido invitado la primera vez fue un gran honor así que venir por una segunda vez es algo realmente increíble, no me lo esperaba.

— Perdona, Roier, pero con tu gran trayectoria en este año tanto en series como películas era de esperarse encontrarte nominado a más de una categoría. ¿Crees que este año te lleves más de un premio a casa?

Roier suspiró revolviendose el cabello, aún con su gran sonrisa plasmada.

— No estoy seguro y tampoco me preocupa, hay muchos mejores actores que se los merecen. Haber llegado hasta aquí y compartir nominación con ellos ya es suficiente para estar emocionado.

Algunos fanáticos chillaron y/o suspiraron por las palabras del actor, era realmente irresistible sin necesidad de forzar nada.

— Eso es muy bonito de tu parte. También nos alegramos de tenerte aquí con nosotros. —El reportero apoyó su mano sobre el hombro ajeno.— Y dime, Roier ¿Alguna acompañante especial que nos quieras presentar ésta noche?

El castaño soltó una risa nerviosa y se rascó la nuca. Iba a rechazar la pregunta firmemente pero algo lo tomó por sorpresa.
Una mano se apoderó de su saco, estrujandolo con fuerza haciendo que perdiera el equilibrio por unos segundos pero pudo recomponerse.

— ¡Roier!

El grito desesperado de una fan llegó a sus oídos. La chica estaba tomando el borde de su saco con una mano y con otra su brazo. ¿Como una chica tan pequeña podía tener tanta fuerza?

Roier hizo contacto visual con la menor y pudo distinguir la desesperación en sus ojos junto con una pizca de angustia. El agarre en su brazo comenzaba a doler y no sabía cómo liberarse. Él también se estaba angustiando en la situación, aunque no fuera la primera vez que le pasaba.

— ¡Hey! ¡Tu no tienes permitido estar aquí!

Exclamó un hombre robusto con traje negro, era de seguridad, y velozmente se estaba acercando a ambos jóvenes.

— D-disculpa, Estás lastiman-

— ¡Roier, cásate conmigo por favor! ¡Te amo!

Esta vez el grito provocó que sus oídos dolieran y no pudo volver a hablar ya que la joven le insistía una y otra vez que se comprometiera con ella sin soltar el agarre de su brazo. Por suerte el hombre de seguridad llegó a tiempo.

Pero Roier quedó consternado.

Y a pesar de haber sido una noche maravillosa en la que había vuelto con varios premios a su departamento (como el de mejor actor revelación del año y mejor reparto), aún no dejaba de pensar sobre ese momento en la entrada.
Siempre algo debía pasar con él. No podía tener un único día de paz.

Lo primero que hizo al llegar a su hogar fue recostarse sobre el suave colchón y suspirar cansado.
Había bebido algunas copas en la fiesta luego de la Velada pero sin sobrepasarse, ya que tenía un límite por ciertas situaciones bochornosas del pasado.

Levantó su brazo y lo despojó de la manga de la camisa, dejando ver la leve marca roja que había quedado cerca de su muñeca, lugar el cual había sido agarrado por la fanática emocionada.
Ser tan amado por el público en general era algo fantástico, pero tenía sus desventajas. Y más para Roier, que de alguna manera tenía un encanto especial con cada persona que lograba conocerlo de frente. Sin excepciones.

Podía sonar como algo normal... Pero no lo era.

En fin, todo eso no hubiese pasado si su manager Aldo lo hubiera acompañado en el evento pero nunca llegó a la hora acordada.
¿Que había pasado? Aldo no solía ser tan impuntual y mucho menos lo dejaría solo en un lugar así.

Tomó el control de la Televisión y la encendió, observando su propio rostro en la pantalla plana. Estaban pasando su discurso de agradecimiento pero no le dió mucha importancia porque comenzó a escuchar el timbre de su teléfono celular.
Llevó su mano al bolsillo para sacar el objeto e identificar el nombre del contacto.

"Papá"

Oh, genial. ¿Ahora que había ocurrido?

Sin dudarlo por un segundo más, atendió la llamada.

— Hola, papá. Perdón por la situación de hoy. No volverá a pasar. —Habló cuando comenzó el contador de la llamada.— Ya llegué a casa, así que solo estaba esperando a que llegue Aldo y-

Su voz fue interrumpida por las palabras rápidas pero preocupantes de su padre.
Entonces su sangre se heló.

No podía creer lo que estaba escuchando.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué le sucedió a Aldo?!

No Puedo Dejar de Mirarte | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora