[ 45 ]

1.3K 221 356
                                    

Spreen llevaba media hora juntando ropa por la casa. Cuando dijo de volver al departamento de Roier, no esperaba retomar el puesto de "ama de llaves".

Pero bien, si él no lo hacía, entonces nadie iba a mantener el orden.
Así que se ofreció a ordenar, y ahora lo lamentaba.

¿Cómo Roier podía desordenar tanto si apenas tenían tiempo para andar en la casa? Y ¡¿De dónde salía tanta ropa?!

Suspiró cuando encontró otra camiseta entre los cojines del sofá. La llevó sobre su hombro y se encaminó hasta el cuarto del actor.

Ahora lo iba a escuchar. Claro que sí.

Siguió el pasillo, se posicionó frente a la puerta y dió unos golpes esperando a que abriera. En menos de cinco segundos Roier ya estaba bajo el umbral con una gran sonrisa que se vió interrumpida cuando Spreen le tiró la camiseta sucia en la cara.

— ¡Te dije mil veces que ordenes tu basura! —Pero entonces le echó un vistazo a la habitación por dentro y, dios mío.— ¡Mira lo que es esto! ¿Cómo podés vivir en tanta mugre?

Y sin permiso alguno, se adentró para empezar a limpiar el cuarto del actor.

— "Buenos días, Roier. Oh, ¿estás disfrutando de tu tiempo libre? Boludo, conchudo"

Lo imitó el castaño mientras se quitaba la camiseta del rostro, ganándose una mala mirada del Argentino.

— Cada vez que imitas mi acento me dan ganas de matarme.

— ¿Apoco si?

El Manager resopló y siguió ordenando. Juntó algunas prendas del suelo, levantó algunos objetos, hizo una mueca de asco cuando tomó una taza sucia que llevaba días sobre la mesa de noche, y cuando volteó a la cama se detuvo en seco.

Había una caja sobre el colchón. Una caja que ya conocía muy bien.

Las fotos y cartas estaban regadas por las sábanas. Ahí estaba la foto de ese chico de ojos claros, era la que había visto meses antes cuando Roier no estaba en el apartamento.

Spreen soltó las cosas que tenía y tomó la foto.

¿Por qué Roier estaba viendo eso?

El actor se dió cuenta de su error y rápidamente se movió hasta la cama para guardar de forma desesperada todos los recuerdos en la caja.

— Lo siento. Prometo que voy a ordenar todo. Yo estaba- Hm… Buscando algo.

Se excusó cuando metió la última carta en la caja. Entonces intentó quitarle la foto a su Manager pero éste reaccionó de forma inconsciente alejando su mano.

Spreen elevó su mirada para encontrarse con el semblante confundido del menor.

Tenía muchas preguntas desde ese día en la casa de Quackity. ¿Era buen momento para hacerlas?

Quizás...

— Perdón.

Se disculpó tendiendole la imagen.

Quizás no ahora.

Roier se tomó unos segundos para observar la foto en la mano ajena y la aceptó.
En el fondo sabía que le debía una gran explicación al chico en frente suyo. El pobre fue arrastrado a todo ese problema sin saber nada.

Suspiró y agarró la imagen sin dejar de mirarla.

Spreen estaba listo para abandonar la habitación por esa incómoda situación, cuando Roier volvió a hablar.

— Cellbit. —Dijo de repente, ganándose la atención del más alto.— Él es Cellbit…

El chico castaño se sentó en el borde de la cama e hizo un movimiento con la foto entre sus dedos como haciendo referencia al joven en ella. Una sonrisa melancólica se formó en su rostro mientras que Spreen apretó sus finos labios con culpabilidad.

No Puedo Dejar de Mirarte | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora