[ 4 ]

1.8K 266 85
                                    

"Este chico es... Raro."

Pensó Spreen mientras aún observaba al menor sin entender el exagerado entusiasmo que desbordaba. Tampoco comprendía por qué minutos atrás Roier se cubría el rostro con miedo.
De un momento a otro todo pasó de una entrevista común y corriente, a esta situación extraña en el baño de la Cafetería del cual quería escapar.

Spreen dió un paso hacia atrás liberandose del agarre ajeno en sus hombros.

— Em... Disculpa, pero-

— ¡Roier!

Un grito había interrumpido las palabras del Argentino y ambos voltearon hacia la puerta del baño, por dónde ingresó un Mariana totalmente asustado.

— Roier pendejo, estaba muy preocupado por ti. De repente desapareciste.

Habló el mayor mientras apoyaba las manos sobre el muro más cercano tratando de recuperar el aire que había perdido de camino al cuarto de baño.

— Lo siento. No quería provocar esto.

Spreen volvió su mirada al joven actor y realmente parecía arrepentido por el escándalo de hace unos momentos a pesar de que estaba seguro de que no había sido su culpa.

Parecía buen chico.

Pero raro.

— Está bien, lo importante es que estés bien, mien.

El más alto de los tres sacudió el cabello castaño del menor y luego fijó su mirada en el Azabache que parecía totalmente desconectado de la realidad.

— Muy bien, Spreen. Ni si quiera haz aceptado y ya hiciste un excelente trabajo. —Lo halagó Mariana, posando una mano en su hombro.— Creo que con eso podemos terminar la entrevista.

Spreen comenzaba a pensar que esas dos personas tenían un grave problema con el contacto físico.

Espera ¿La entrevista terminó?

— ¿Cómo? ¿Solo así?

Preguntó sorprendido. ¿Acaso había obtenido el trabajo tan fácilmente?

— Sí, tendrás que acompañarme a la compañía para que puedas firmar el contrato y listo. —Explicó Mariana el cual había tomado su celular para comenzar a teclear rápidamente.— Es un honor que te unas al equipo. Déjame llamar al chófer y nos iremos en unos minutos.

Y con eso, Mariana salió del lugar.

De puta madre.

Había obtenido el trabajo de su vida y no le importaba tener que cuidar a un chico rarito, el acumulamiento de personas o soportar el constante contacto físico. En estos momento solo visualizaba pilas y pilas de billetes en su mente.

Mientras tanto Roier observaba al joven perdido en sus pensamientos y se preguntaba:

¿Qué lo hacía tan especial? ¿Por qué no le ocurrió... Lo mismo que a todos?

Ah, le gustaría descubrirlo pero se moría del sueño.
Ahora que lo pensaba, ni si quiera se habían presentado de una buena forma así que Roier dió el primer paso extendiendo su mano hacia Spreen.

Éste salió de su ensoñación y lo observó dudoso.

— Yo quería presentarme, mi nombre es Roier Alt pero puedes llamarme Ro o solo Roier.

La celebridad esperó con una sonrisa hasta que el mayor aceptara su mano. Lo cual pasó luego de unos pocos segundos.

— Spreen, mi nombre es Spreen.

No Puedo Dejar de Mirarte | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora