Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

11. Fingir una inocente amistad

Jade Johnson.

16 de noviembre, 2018.

Soy una tonta, ¿Cómo carajos tenía que venir a ser capaz de leer su mente cuando me invitó a comer por su culpa? Y peor aún, ¿Por qué desaté esa conversación toda rara e incómoda? bueno, la respuesta es clara, me molesté, ¿Y quién no? Es que ¡Joder! Había pasado todo el día trabajando como una loca para desocuparme e ir a la maldita fiesta para que luego él terminara yéndose tan pronto como llego yo, solo porque casi me besa.

Bien, no debería estar pensando en ello, lo prometí, pero es que no puedo evitar recordar esa noche que al final terminó de la mierda.

Las cosas iban bien hasta que misteriosamente mi vestido se empapó de alcohol, luego empeoró cuando Andrew decidió irse, desatando esa pequeña discusión que dejó más que clara la posición de Andrew con respecto a sus sentimientos, luego volvimos a quedar como amigos fingiendo que lo anterior no había pasado.

Y ahora cada vez que veo su maldita sudadera sobre la silla de mi habitación, en mi mente se repite como déjà vu él invitándome otra vez a comer, esta vez más calmado y yo negándome diciendo que lo mejor es que él se fuera, cosa que no rechistó, solo lo hizo y yo me quedé como una estúpida en la acera viendo cómo se iba, después de eso... después de eso estaba molesta conmigo misma, molesta con Andrew y me embriagué, cosa que fue una pésima idea, porque me besé con un tipo del cual ya hasta su nombre olvidé.

Suspiro, haciendo sonar el lápiz contra el escritorio, luego miro la hoja y el pequeño comic en el que he retratado el corto instante en el que casi me besa, en ese momento creí haber sentido mariposas, mi corazón se había acelerado de una forma extraña y... ¡joder! Esto es más difícil de lo que pensé.

Frunciendo mi ceño, tomo el papel y lo convierto en una bola que lanzo en la papelera y que luego con magia, incendio.

—Wo... entonces andamos de malas.

Miro a Eda que se asoma por la puerta de mi habitación. Hago una mueca, es mi hermana y todo, pero me disgusta que me espíe y no toque a la puerta antes de abrirla, ni siquiera escuché cuando abrió la puerta.

—Quiero saber, ¿Por qué estamos de malas? —pregunta, adentrándose a mi habitación como si yo la fuese invitado a pasar, luego se acerca a mi escritorio, apoyando su culo y manos del mismo— ¿Entonces...? te escucho.

—No estoy de malas.

—Acabas de incendiar un dibujo, eso dice lo contrario. Dime si no quieres que revierta el hechizo y vea el dibujo que te molestó.

—No es solo el dibujo.

—Ah, entonces sí andamos de malas.

Ruedo los ojos.

—Eres tan... insoportable.

—Dime algo que no me hayas dicho antes.

Con un sutil empujón de mis pies, ruedo hacia atrás en la silla gamer que resulta cómoda para mi espalda al momento de pasar horas dibujando.