20. Un completo guau y algunos secretos

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Jade Jhonson

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Jade Jhonson.

02 de diciembre, 2018.

Retengo un gran bufido, así como me abstengo de rodar los ojos por tener que permitir que mis oídos sufran ante las historias pretenciosas de mi prima Elena, la bruja envidiosa que cae mal al igual que su madre, quien es la hermana de la mía.

Cada tanto, me encuentro viendo el reloj que cuelga en la pared de la sala, contando los minutos para partir el pastel del abuelo y así, poder irme a mi dormitorio, junto a Eda que también sufre conmigo.

Y es que no tengo nada en contra de las personas que cuentan sus aventuras de la forma más divertida y casual, solo que Elena no lo hace sonar ni divertido, ni casual, es como si al hablar, deseara crear envidia entre los demás.

—¿Les conté que en el verano también fui al concierto de Eighteen Floor? Tengo algunos conocidos y pude obtener entradas VIP, estaba tan feliz que se me olvidó que a ustedes también les encanta esa banda y cuando me acordé, ya estaba en el concierto, —ríe—lástima que no pudieron ir, fuese sido genial, maldita memoria la mía.

—Sí, qué lástima —canturrea Eda.

—Estoy que te mato por no acordarte de nosotras —digo y ella ríe, sin entender mi sarcasmo.

—Oh, y eso no es todo... —comienza—Jacob, sí, Eda, ese Jacob de Eighteen Floor, me besó y no, Jade, gracias a Dios no usé mi magia para que lo hiciera, porque Dios... qué horror terminar como un gato.

Tomo una profunda respiración y me pido aguardar la calma.

La tía Emilia; mamá de Elena, suelta una baja risa y sacude su mano llena de anillos exagerados.

—Querida, recuerda que Jade... —susurra un tanto fuerte—Uhm... gato...

—¿Qué pasa con Jade y los gatos, mami? —todavía Elena, tiene la osadía de preguntar en un tono fingido de inocencia.

Antes de que mi tía responda de la forma en la que ella solo conoce y luego termine estrangulándolas a ambas, sonrío.

—Te recuerdo, querida Elena, que muy pronto le haré compañía a la tía Amelie y será genial, siempre me he preguntado qué se siente ser un gato y al fin podré descubrirlo y poder acompañar a la tía Amelie.

Elena abre sus ojos con asombro y coloca su mano en mi rodilla, en señal de consuelo.

—¡Dios! Lo siento tanto, Jade, aún no me acostumbro...

—Descuida, Elena, será una gran aventura y tendré un muy sedoso pelaje negro, que les advierto de una vez que, si llegasen a tocarlo en un futuro, dejaré un gran regalo en sus caras porque como seré un gato, no podré controlar mis impulsos y no se sabe si seré de esos gatos ariscos.

Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora