Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

19. Tentaciones y una aprobación

Andrew Price.

Poder besar finalmente a Jade se siente como tocar el cielo, sus besos saben dulces, sus labios son suaves, exquisitos, nuestras bocas se mueven con lentitud, saboreándonos, esto es real, no es mi imaginación.

Sonrío entre el beso, porque esto sin duda alguna supera mis expectativas, es mucho mejor a los escenarios que creé en mi mente, siento la punta cálida de su lengua acariciar mi labio inferior y eso no me lo esperaba, me acelera el corazón y enloquece.

Sin pensarlo, mis manos se dirigen a sus muslos y la alzo, Jade suelta un pequeño jadeo que es atrapado por mi boca, sus piernas rodean mis caderas, lo único que quiero es seguir besándola y no parar.

El beso que en en un principio comenzó como algo dulce, se transforma en uno que aumenta los latidos de mi corazón y que empieza a despertar a un amigo que se encuentra abajo, las manos de Jade se enredan en mi cabello, el calor corporal aumenta y mi boca se desvía de la suya, dejando cortos y húmedos besos por su mejilla, yendo en dirección al inicio de su cuello, cuello que ella me ofrece.

Uno, dos, tres besos húmedos y un corto gemido se escapa de su boca, mi entrepierna duele y solo siento un pequeño alivio al empujar la cadera hacia adelante, otro corto gemido sale de ella y muerdo mi labio.

—An... Andrew... —me llama sin aliento.

Tomo las fuerzas de alejarme y la miro, sus mejillas están sonrojadas y su respiración se ve afectada.

—Creo que deberíamos parar—dice, mas su mirada la contradice.

—Sí... Deberíamos...

—Ajá...

Su mirada baja a mi boca, traga y vuelve a mis ojos, sonríe y toma mis mejillas, se acerca y deposita un rápido beso para luego bajarse y alejarse de mí, se gira y me mira.

—Vale, nos hemos besado —dice.

—Nos hemos besado y... fue un gran beso.

—Lo fue —admite en un suspiro.

Sus mejillas se sonrojan y la entiendo, porque creo que también me sonrojo de tan solo recordar lo que pasó en un pequeño momento.

Jade ríe un poco y muerdo mi labio.

—¿Y ahora?

—Pues es evidente que los amigos no se besan en la boca.

—Muy evidente.

Suspiro, porque sé lo que quiere escuchar, así que la miro un tanto serio.

—No somos amigos, pero tampoco estamos saliendo porque aún no te invito a una cita. Pero nos gustamos, empezamos siendo amigos y hemos roto esa barrera al besarnos, así que podría decirse que estamos un paso más allá de solo ser amigos, por lo que el siguiente paso sería comenzar a salir.