Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

25. Conociendo a la familia Price

Jade Jhonson.

15 de diciembre, 2018.

—Hoy conoceré a su familia —digo y siento la mirada de Alex sobre mí.

Fue una casualidad encontrarme al querido y sexi papi cuando venía de regreso de comer un rico desayuno en la cafetería y que como me hizo saber mi hermana, fue preparado con mucho amor y cariño por ella. Así que cuando caminaba por un parque, a la vez que le daba un sorbo a mi chocolate caliente, lo encontré y no pude evitar sonreír y acercarme al verlo jugar con su adorable hija que ya tiene dos años.

Suspiro y lo miro.

—¿Recuerdas al chico que estaba en una relación de tres sin saberlo? —asiente con lentitud—. Ahora estamos saliendo y me presentará a su familia.

—Vaya... ¿Ahora está en una relación de cuatro o cómo?

Río y niego.

—No. A las semanas descubrió que ella lo engañaba y le terminó, resulta que ahí descubrió que estaba con ella por costumbre y el encontrarla en esa situación, fue como el motivo que no sabía que buscaba para finalizar esa relación.

—Entiendo... ¿Y cómo pasó lo de ustedes dos? La última vez que nos vimos, noté cierta química entre ambos y me sentía perdido de la situación.

Muerdo mi labio, pensando una forma resumida de explicarlo, pues no lo veo desde aquella noche en la que Andrew se desconcertó por tratarlo como el resto y en esa ocasión, no tuve oportunidad de ponerlo al día con los ojos verdes de cierta persona, sobre mí. Por lo que la única interacción que tuvimos después de eso, fue mediante los estados de Whatsap que nos respondemos cada tanto.

—Bueno... Para resumir, hice un truco de magia en el que hice aparecer a su perro, él pensó que jugaba con él y que ese no era su perro, así que hicimos una apuesta, si él llegaba a casa y veía a su perro, yo le debía algo y viceversa. Todo comenzó en Halloween.

—Déjame adivinar, él ganó la apuesta —río ante su inocencia.

—Yo gané, Alex.

Sus cejas se alzan, así como abre su boca con asombro, luego ríe.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿En serio hiciste aparecer a su perro?

Asiento, aún riendo y la incredulidad en el rostro de Alex me resulta muy divertida, pero entendible. No lo culpo de pensar que la magia no exista.

—¿Y qué fue lo que le pediste? No me digas que un beso.

Vuelvo a reír, me encanta que intente adivinar y crea atinar.

—Nuevamente, te equivocas, sexi papá. Le pedí su amistad, no iba a lanzarme pidiendo un beso cuando la noche anterior había terminado con su novia... Y pues, desde antes, ya existía una química extraña entre ambos y esa tarde, aclaramos las cosas. Él admitió sentir atracción hacía mí, incluso cuando tenía novia, pero que aventurarse a salir tan de pronto con alguien no es algo que podría ser, así que solo seríamos amigos para conocernos.