Prólogo

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Jade Jhonson

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Jade Jhonson.

08 de marzo, 2018.

El olor a pintura me gusta, pero no soy fan de pintar murales, soy más de plasmar mi arte en digital, pese a eso, soy una buena persona que no podía negarse ante la propuesta de hacer un trabajo comunitario decorando el pequeño refugio de la facultad de veterinaria para su inauguración, razón por la que me encuentro dando color a un gran boceto de una chica y un chico que abrazan lindos perritos y gatitos, este arte es hecho únicamente por mí, no quise ayuda, soy muy recelosa cuando de mi arte se trata.

Es por eso que soy la única de mi clase en solitario, mientras los demás han hecho grupos y parejas para pintar.

Tarareo la melodía de una canción de un grupo musical de chicas muy sonado últimamente; one destine y me levanto para ir en busca de otro bote de pintura. En el camino veo el arte de los demás, son muy buenos y están casi terminados a diferencia del mío que apenas va por la mitad, al pasar por un pasillo y curiosear por una puerta abierta, observo a la persona que decidió robarme la cara pero que no le alcanzó para robarme el color de cabello, riendo con quien parece su próxima conquista.

Mi hermana nota mi presencia y me sonríe, procediendo a guiñarme un ojo de forma divertida, para seguir con lo suyo. Niego y después de tomar el tono de pintura que busco en el pequeño almacén, voy de regreso y esta vez, entonando mi parte favorita de la canción:

"Tropecé y tú me atrapaste.

Cuando te vi, tu mirada me atrapó.

No voy a mentir, fue amor a primera vista.

No suelo caer en vicios, pero tú podrías ser mi nuevo vicio."

Paso cerca de unas escaleras, donde un chico pinta sobre ella y en un estante de madera algo peligroso, reposa un bote de pintura. De pronto me quedo en shock cuando el chico se tambalea y en consecuencia, golpea con la brocha el bote y este se vuelca.

—¡Mierda! —suelta el chico y yo solo cierro los ojos esperando la pintura.

Solo que eso no pasa.

De la impresión, dejo caer la pintura que llevaba en mi mano cuando unos brazos envuelven mi cintura y siento que me giran hacia otro extremo, escuchando el líquido derramarse por el piso y consiguiendo que apenas un poco de pintura me salpique. 

Abro mis ojos y no sé cómo interpretar la situación cuando la increíble voz de Violet canta:

"Cuando te vi, tu mirada me atrapó."

Porque sus ojos de un impresionante color verde sobre mis grises se sienten como hacer click al estilo Hotel Transilvania, mi boca se entreabre y no sé cómo rayos he olvidado respirar, no puedo despegar la mirada, es como si todo a mi alrededor se fuese detenido y solo existiéramos este maravilloso y atractivo hombre y yo.

—¿Estás bien? —pregunta.

Trago e intento ubicar mis palabras, su voz es incluso cautivadora y alucinante. ¿Cómo puedo pensar ante la presencia de este hombre tan guapo, alias: "mi salvador"?

Él alza una ceja y yo me sonrojo, dándome cuenta que hay ojos sobre nosotros y que aún seguimos en la misma posición, mis manos sobre su pecho, mi cuerpo inclinado hacia un lado y sus brazos envolviendo y tomando con fuerza mi cintura, él también se encuentra un poco inclinado al estilo película romántica.

Muerdo mi labio, nerviosa y noto cómo mira tal acto.

—Okey, que alguien me explique qué carajos es lo que estoy viendo —dice una voz femenina en un tono hostil y con acento extranjero.

El chico se alarma y pronto se recompone, alejándome de él como si yo fuese fuego y él temiese quemarse, y si no fuera porque poso mi mano sobre la pared para brindarme apoyo, juro que ya estaría en el suelo.

Ni siquiera puedo agradecerle por salvarme de la tragedia de tener pintura sobre mi cabello, porque él corre tras la despampanante chica de cabellos oscuros y piel muy clara, pero sonrojada de la molestia.

—Nena, no es lo que parece... —Lo escucho decir.

—Soy tu novia y así me pagas, Andrew. Diciéndome que nada es lo que parece cuando con ustedes, todo es lo que parece.

—No... Es solo que...

La chica frunce su ceño y se da la vuelta indignada, claro que él la sigue, después de soltar un gran suspiro que me huele a desesperación y cansancio.

—Guau... Con que su novia —suelto una pequeña risa de incredulidad. Me siento un tanto incómoda por eso.

—¿Estás bien? —Me preguntan y al alzar la mirada, noto que es el chico que iba a causar la gran desgracia en mi cabello.

Pese a estar un tanto aturdida por todo lo que sucedió en tan poco tiempo, le sonrío.

—Sí, lo estoy... —hago una mueca cuando despego mi mano de la pared y me doy cuenta que ahora, esta se encuentra pintada de verde turquesa—. Sí, muy bien.

No espero respuesta de él y si me dice algo como un "Disculpa", no lo escucho porque llena de incredulidad y con una sonrisa que me hace lucir como una completa loca, me alejo de la escena con el pensamiento de que el primer chico que llama mi atención en mucho tiempo, resulta que tiene novia.

¡Ja! ¡Novia!

Como le escuché decir a una venezolana que le hago ilustraciones: ¡Qué salada estoy!

Como le escuché decir a una venezolana que le hago ilustraciones: ¡Qué salada estoy!

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