Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

35. ¿Es este el final?

Jade Jhonson.

Es como si todo pasara en cámara lenta, el pasillo en silencio y el único sonido es el de los latidos de mi corazón que muerto de los nervios y el miedo, corre apresurado. Han pasado unos veinte segundos desde que toqué y no soy tan valiente, como para tocar una segunda vez, además, mi cuerpo ha entrado en un estado de alerta total en el que todas mis extremidades se encuentran paralizadas y a la expectativa de lo que sucederá.

Treinta segundos, treinta segundos y entonces escucho algo más que el silencio y como si fuera posible, mi corazón se acelera aún más cuando a continuación, escucho unos pasos acercarse a la puerta, luego escucho el sonido del pestillo y en un parpadeo, la puerta se abre y entonces él está allí, de pie, frente a mí.

Andrew Price, el hombre de cabello rubio, increíbles ojos verdes, veterinario, sexi papi empoderado de Simba, el señor chocoalegría y el motivo por el que estoy hechizada, está frente a mí, mirándome en silencio, sin decir algo, cualquier cosa, lo que sea, ante mi presencia.

No ha pasado una eternidad, solo 4 días desde la última vez que nos vimos, desde que él dijo que me quería y ahora que estoy de pie frente a él, con su mirada atenta a mí, no sé cómo reaccionar, no sé si debería abrazarlo, lanzarme a sus brazos y besarlo, no lo sé.

Hace un momento creía tener la idea de lo que haría y ahora se ha ido, se ha esfumado y no sé si después de haber estado evitándolo, lo justo es aparecer como si nada y fingir que no ha ocurrido nada, cuando la realidad es que sí que ha pasado.

He estado ausente y no sé si un «Hola» podría ser suficiente, cuando es evidente que no.

Detesto este incómodo silencio, pero ese incómodo silencio lo he causado yo y después de todo, me lo merezco.

—¿No dirás nada? —pregunta y mi corazón se acelera y entra en pánico—Quizás un... "Hola, Andrew. Sé que te he estado ignorando, evitando verte y ahora he venido porque he escuchado tu audio y me sentí tan mal de haber estado tratándote así, cuando tú has abierto tu maravilloso e increíble corazón para mí."

A pesar de que quisiera reír por la mala imitación que hace de mi voz, me contengo de hacerlo, porque entiendo que esta es una situación que requiere de seriedad.

—Lo siento.

—¿Por qué lo sientes?

—Lamento haber estado ignorándote, no te lo mereces.

—Entonces confirmas que me has estado ignorando.

Aprieto los labios, desvío la mirada y asiento.

—¿Por qué? ¿Hice algo mal? Porque si es así, necesito que me lo hagas saber, porque por más que he tratado de pensar, no sé en qué pude haberme equivocado.

Lo miro y al hacerlo, veo la angustia en sus ojos, me duele pensar que él esté tratando de buscar algo mal en él, un error que pudiese haber cometido, que se culpe a él mismo, antes que a mí.