Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

31. Feliz navidad

Jade Jhonson.

24 de diciembre, 2018.

Hay días en los que quisiera que el tiempo pase rápido y así poder acabar con la espera, pero hay otros días, como este, en el que deseo que el tiempo transcurra con lentitud, porque tengo miedo de lo que pueda pasar, tengo miedo de no poder disfrutar como es debido de ocasiones como estas, en las que mi familia me ha sorprendido usando pijamas navideños para la cena de navidad, porque entienden que, aunque sonrío, no significa que me encuentre feliz.

Incluso me sorprendió encontrar a mi tía criticona con el pijama navideño más brillante que he visto en mi vida y aunque sé que no voy a morir físicamente, se siente como que una parte de mí lo hará en el otro sentido, ya sea que termine como gato o no, el poder pasar una noche tranquila y llena de risas, mientras compartimos viejas anécdotas, son recuerdos que atesoraré con todo mi corazón.

Quizás estoy siendo un poco dramática porque cosas como estas, no las voy a perder, es solo que no podré disfrutarlas como lo hago ahora y es que detesto ver la forma en la que mi tía criticona ríe de algo que dice mi tía Amelie y por ello, le despeina el pelaje de la cabeza y en consecuencia, mi tía Amelie le saca las garras para que se aleje, presenciar eso, me hace sentir horrible porque entonces me visualizo y sé que seré la próxima, no quiero ser la próxima a la que mi tía le despeine el pelaje, quiero seguir siendo Jade con este cuerpo.

Me aterra pensar que si me convierto en gato, ya no podré verme al espejo. Amo mi cuerpo, amo el color de mi cabello y amo las pequeñas pecas en mis mejillas, amo cada parte de mí, cada lunar, mis caderas, amo el no tener tanto busto y poder usar camisas sin brasier y detesto el tan solo hecho de perder todo lo que amo de mí.

—¿Qué? —pregunta mi tía Amelie y ni siquiera me había dado cuenta que me le he quedado viendo por un buen rato, tampoco lo disimulo volteando a otra parte, dejo mi mirada en ella.

—¿No lo extrañas?

Si mi tía frunce el ceño, no puedo saberlo y detesto saber que si me convierto en gato, los demás no sabrán mis gestos.

—¿Qué cosa?

—Tu cuerpo.

Entonces las risas que había, cesan y lo único que se escucha son los villancicos navideños.

—¿No extrañas tu cuerpo?

—Claro que lo extraño, Jade.

—¿Y lo extrañas a él?

Suelta una pequeña risa y al mirar a mi alrededor, todos miran a mi tía Amelie luciendo incomodos, nadie se había atrevido a hacer tales preguntas, un día mi tía apareció diciendo que se convertiría en un gato y pidió que no hicieran preguntas y nadie las ha hecho, pero creo que eso debe cambiar, yo necesito las respuestas, no sé por qué, pero las necesito.