Las Doce Casas parte 1

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Miraste por el balcón desde donde apenas se podía observar que el cielo se estaba comenzando a aclarar, las pocas estrellas que aun se encontraban en el firmamento estaban amenazando con desaparecer. Te adentraste de nuevo y te despojaste de tu camiseta la cual usabas como pijama, te colocaste un leotardo color café claro y después un pantalón rosado pálido... ni loca usarías el traje como lo usaban las amazonas, te daba vergüenza que te vieran así, ademas de que no querías andar como si usaras los calzones por fuera. Amarraste la pañoleta que Marín te había dado a tu cadera. Te colocaste unos sencillos guantes que te había dado Shaina... ahora si no tenías duda de que eran de piel.

-¿Cómo diablos se pone esto?- te preguntaste cuando no supiste colocarte las hombreras junto con el peto que cubría tus pechos.

-Déjeme que la ayude- escuchaste que te hablo Shion, quien se encontraba en el marco de la entrada de tu habitación

-Es que no puedo- le dijiste mientras tomo aquella protección y te la coloco muy fácilmente

-¿Esta segura aun de seguir con esto?- te pregunto mientras ajustaba bien la protección, firme pero que no te molestara

-Si- le respondiste claramente. En tu voz había un deje de nervios que pudiste ocultar perfectamente

-Si esa es su decisión, no tengo opción alguna que obedecer sus ordenes diosa mía- te dijo con voz preocupada, no dijiste nada y terminaste de colocarte las zapatillas que te había prestado Marín -será acompañada por Kanon a la primera casa, después de que salga victoriosa se dirigirá de inmediato a la casa que sigue, en ese momento será escoltada por el caballero que acaba de vencer

-No quiero- le respondiste

-Es una orden Athena- te respondió de manera severa -el caballero dorado y Kanon la acompañaran casa por casa- te miro fijamente, sabias que aun faltaba algo por decir -en caso de que su vida corra peligro Kanon intervendrá sin tener que esperar por su consentimiento

Ya no dijiste nada mas, solo escuchaste esa última advertencia. Shion te quito de las manos aquellas zapatillas con un pequeño tacón, colocándote unas zapatillas de piso la cual comenzó a entrelazar entre tus piernas hasta que termino por colocártelas. Te encamino hacia la Sala del Trono Principal... cuantas veces habías estado ahí y ese día... esa mañana, la sentías tan ajena a ti. En ese sitio se encontraba Kanon, vestido como la primera vez que lo viste, con esas ropas que lo hacia ver como un soldado cualquiera. Camisa manga corta azul, pantalón beige y las mismas zapatillas que estabas utilizando... aunque pudiste ver que no se encontraba esperándote con esa sonrisa de siempre, no... se encontraba serio, ansioso... preocupado.

Salieron de ahí y se encaminaron hacia el pasillo que los llevaría directo al jardín que siempre visitabas, de ahí caminaron unos paso mas, el tramo se te hizo enorme, parecía que estabas caminando kilómetros y kilómetros... a tu lado Kanon no hacia el camino mas sencillo, el silencio estaba incomodándote demasiado. Las personas que se encontraban ahí, cada uno de los soldado que había madrugado te observaban insistentemente, viéndote como si fueras algo extraño.

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~ 2 ~

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Se detuvieron frente a las escaleras que te llevarían a la primera casa. Kanon aun permanecía detrás de ti, esperando a que comenzaras con la tarea que te habías impuesto. Respiraste profundamente mientras comenzabas a dar los primeros pasos hacia Aries. Miraste el cielo, aun no pasaban de las 6:30 de la mañana... las escaleras que se intercalaban entre si eran pequeñas y estrechas.

De chica a DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora