Un cuerpo había salido volando a estrellarse directamente contra una pared de roca sólida, la cual cayo en cientos de pedazos, dos cuerpos más salieron disparados, uno de ellos se estrelló contra el tronco de uno de los árboles.
Aldebarán se encontraba respirando rápidamente, se encontraba con la mayor parte de su armadura dañada.
Apenas había decidido pelear contra aquellos que le exigían el paradero de su diosa se preparó para la batalla, pues jamás iba a entregar la vida de la joven deidad, antes entregaba la de él.
El combate se había inclinado hacia Aldebarán, pues su Gran Cuerno era demasiado rápido para ellos, más de lo que hubieran esperado. Un ataque poderoso y certero, un poder increíble, pero solo basto un momento, un solo segundo para sentir un piquete en su cuello, su vista se comenzó a nublar y la energía se le comenzó a escapar de sus manos. Uno de ellos había sido capaz de romper su guardia y fue ahí que comenzó su batalla.
Aldebarán sin duda alguna era demasiado fuerte, pues sus puños podían destruir rocas y troncos, mientras que sus patadas podían abrir zanjas.
Esquivo uno de los hombres que le faltaban y le dio un ligero golpe para que se estrellara contra el que se encontraba aun inconsciente en la piedra. El siguiente que se había arrojado contra su cuerpo lo tomo por el cuello y lo azoto fuertemente contra el suelo, este se agrieto. Pero no basto con esto, Aldebarán le dio un tremendo pisotón sobre su cuerpo, logrando que escupiera sangre.
El que había sido estrellado contra el árbol lo volvió a atacar por la espalda, lanzándolo contra el suelo, pero Aldebarán acomodo su caída y cual toro se prepara para cornear se lanzó sobre aquel hombre, el cual recibió la embestida en todo su ser. Se incorporó de inmediato y con la velocidad característica de un Caballero Dorado se lanzó contra su enemigo, de su puño salió un destello de fuego, el cual se dio de lleno contra aquel hombre, se giró de inmediato y con la misma potencia derribo a otro más.
Uno de ellos, se encontraba de pie y en su mano traía una especie de lanza, la cual enterró en el suelo rocoso, esta de inmediato levanto una gran barrera, Aldebarán cayó de rodillas al suelo, la poca energía que tenia se había esfumado. Alzo su mirada para encontrarse rodeado de los cinco hombres con los que había estado peleando, se veía a simple vista que a duras penas podían sostenerse en pie. Aldebarán sonrió, arrogante, sabedor que sus enemigos estaban desesperados por no poder contener su gran poder. Todos los hombres juntaron ambas manos y apuntaron hacia el Toro Dorado. Rayos de color blanco se impactaron contra el hombre, quien no se pudo defender, solo se escuchó un grito de dolor. Cuando el ataque termino, Aldebarán cayó al suelo derrotado, respirando agitadamente.
-¿En dónde está?- pregunto uno de ellos
-No sé- respondió Aldebarán mientras se trataba de incorporar con las pocas fuerzas que tenía –aun si lo supiera… qué les hace pensar... que les diría donde se encuentra
-No sé porque se ponen de esa manera- dijo uno de ellos –siempre dan su vida antes de decir donde se encuentran sus dioses
-¿Qué les hace pensar que son importantes para ellos?- dijo otro que se encontraba a lado de Aldebarán, lo tomo de los cabellos obligándolo a verlo directamente –Para tu diosa no vales nada, le va a dar lo mismo si mueres aquí, solo tendría que buscar otro candidato a la armadura que ahora traes
-Ahora dinos… Athena… ¿en dónde está?- pregunto el que se encontraba atrás de él, Aldebarán sonrió de nuevo arrogantemente
-Ustedes no conocen a la princesa Athena- les dijo –no saben cómo ella piensa, no saben nada de ella
-¿Y tú sí?- le pregunto aquel que lo tenía agarrado de los cabellos –todos los dioses son iguales, solo piensan en ellos, usando a sus guardianes como escudos
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De chica a Diosa
Fanfic¿Qué harías si fueses tu la reencarnación de la diosa Athena? ¿Cómo reaccionarias? Son los mismo Caballeros, ahora bajo tus ordenes. La historia se centrara en batallas con otros dioses, tratando de dejar tu lado humano para convertirte en una deid...