Palacio Submarino

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Milo esquivo apenas la lanza de Chrysaor manteniéndola bajo el brazo, aprovechado la cercanía asesto dos agujas más. Dio un salto hacia atrás, pues en ese momento aquel guardián libero su lanza y lo ataco blandiéndola contra su enemigo, la armadura de Escorpión se encontraba con una grieta en el pecho, apenas se había podido librar, cuando estaba a punto de salir de nuevo al ataque escucho un sonido más.

-Otro pilar ha caído- pensó Milo para sí, dirigió la mirada hacia su oponente el cual esperaba a que atacara –contando el mío, solo quedan dos más- continuo pensando –tengo que acabar rápido con esto, Athena espera por nosotros

-No te distraigas Caballero Milo- la voz de su oponente lo saco de sus pensamientos, apenas podía esquivar los golpes de la lanza, cada vez más veloces que momentos atrás.

Milo apenas podía mantener la velocidad que Chrysaor había impuesto, demasiado rápida para él, ademas ya venía de un combate que lo había exigido no al máximo pero si había necesitado de energía de más, al final Scylla había sido un digno rival. Su espalda se apoyó contra una columna, en ese momento Chrysaor le arrojo la lanza, apenas pudo ser capaz de esquivarla para poder colocarse detrás de su oponente, en ese momento uso su técnica de Restricción para poder detener los ataques de Krishna, inserto dos agujas más. Después volvió al ataque de nuevo, no podía dejar esa ventaja que había tomado momentáneamente, golpe con el puño derecho, izquierdo, derecho, una patada de media luna derecha un salto para poder darle una patada en el centro del abdomen para mandarlo a estrellarse contra lo que fuera y antes de que cayera al suelo disparo tres agujas de un solo golpe, esto lo había dejado agotado.

Milo respiraba copiosamente, apenas y tenía energía para poder terminar con el combate, pero si Krishna seguía esquivando las Agujas y solo llegaba a insertar una que otra terminaría perdiendo y eso haría más difícil la pelea para Athena. Su oponente se volvió a poner de pie, hizo un conteo rápido, le faltaban 3 Agujas más; ademas de Antares, incluso Scylla para la tercera Aguja ya mostraba efectos de debilidad pero ese Marina parecía ser que no sentía dolor alguno.

Parpadeo un poco y para cuando volvió a mirar a donde se encontraba su oponente se dio cuenta de que había desaparecido, miro por todos lados, incluso hacia arriba por si se le había ocurrido hacer un ataque con un ángulo aéreo pero no había rastros de Chrysaor, estaba en problemas. Después sintió una fuerte punzada en su espalda, se alejó de inmediato pero el daño ya estaba hecho, cuando Chrysaor agito la lanza de esta cayeron unas gotas de sangre, había logrado atravesar no solo la armadura de Escorpión; sino; que también había herido el cuerpo del orgulloso Milo, si ya tenía un combate difícil ahora se había complicado aún más.

Pero aun así, Milo uso su velocidad como siempre lo hacía y ataco a Chrysaor, pero apenas iba a comenzar con el ataque se volvió a topar contra una barrera que le impedía pelear. Una nueva punzada le impidió realizar su ataque, ese momento lo aprovecho el General Marina para tomarlo con su lanza y azotarlo fuertemente en el suelo, Milo cayó estrepitosamente y esta vez no pudo esquivar el golpe de la lanza la cual se clavó en el dorso de su mano izquierda. Milo soltó un grito desgarrador.

-Suficiente Caballero Atheniense Milo- le hablo Chrysaor mientras retiraba la lanza de la mano –No hay necesidad de derramar más sangre, si te vas en este momento te perdonare la vida

-Jamás- le respondió entre cortadamente mientras se ponía de pie con mucha dificultad –si vas a derrotarme tendrás que matarme; sino, lo seguiré intentando hasta que no pueda mas

-Escucha Caballero Milo- le respondió Chrysaor mientras detenía su andar y volvía a prestarle atención al joven guerrero –la verdad esta con el señor Poseidón, él será el encargado de purificar esta tierra corrupta y cuando lo haga el mundo volverá a estar en paz y armonía

De chica a DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora