Visita inesperada

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-Muy bien- se escucho la voz de Aioria quien vestía sus ropas de entrenamiento –ahora va mas rápido ¿lista?- tu asentiste –esta bien… rostro, pecho, abdomen, pecho, rostro, revés derecho, revés izquierdo

-Debería de hacerlo mas rápido- escuchaste a Milo que se encontraba sentado en una columna que se encontraba caída, al igual que Leo se encontraba con sus ropas de entrenamiento, ahora traía sus cabellos atados en una coleta alta

-Cállate- respondiste casi sin aire, mientras repetías la rutina de Aioria

-Mas acción, menos platica- te ordeno Ángelo vestido de la misma manera

-Estoy pensando…- dijo Milo –si nos llega a encontrar su Ilustrísima nos mata

-No llames a la mala suerte- le dijo Aioria –Athena con mas fuerza, sus puños son muy débiles

-Ok- respondiste mientras volvías a la misma rutina

-Pero mientras no digamos nada, no pasara nada- dijo sin pena Ángelo

-¿Y si nos cacha?- preguntaste mientras te detenías un momento –¿Qué es capaz de hacernos?

-Athena- te volvió a llamar Aioria

-Si, ya voy- respondiste y de nuevo comenzaste con tu rutina que ya te tenia algo agotada

-No lo se- dijo Milo –tal vez nos mande a los calabozos, nos acuse de tracción y nos deja atados a un palo con todo y el solazo, tal vez nos amarre y nos arroje al mar para convertirnos en comida de peces

-No digas eso- respondió Cáncer quien se había cruzado de brazos –debería de agradecernos. Estamos enseñando a Athena a que se defienda y que se valga por si misma

-En caso de que no lleguemos a tiempo- dijo Milo

-Que no me sorprende….- dijiste mientras agarrabas vuelo para imprimir mas fuerza en tus puños –Siempre suelen llegar tarde

-Cállese y póngase a entrenar- te dijo Escorpión –que después le toca conmigo, tenemos que mejorar mucho esa velocidad

-Solo deja… que tome… aire- respondiste y te acercaste a donde se encontraba Milo sentado y tomaste el bote de agua para refrescarte –pero al menos así, me mantendré activa- dijiste mientras volvías a tomar un sorbo de agua, la dejaste en el suelo y apretaste de nuevo tu coleta

Te colocaste de nuevo en el campo y Milo te siguió de cerca, se te hacia raro verlo con el cabello recogido, pero aceptabas que se veía bien.

Te dedico una sonrisa y comenzó a explicarte lo que haría contigo. Un buen ataque debe de estar a la mano con la velocidad, te comenzó a explicar que iba a atacarte con sus puños pero demasiado lento, hasta que aprendieras las trayectorias, de cualquier manera tendrías que esquivarlas, poco a poco iba a aumentar su velocidad hasta que te acostumbraras.

Sentiste que los nervios se apoderaban de ti, pero lo harías de cualquier manera, ya no querías pasar por una carga.

-¿Lista Athena?

-Claro- le respondiste

-Muy bien… primero arriba, el que va directo al rostro lo desvías a la derecha

-Aja- respondiste mientras hacia lo que había dicho

-Ahora a la izquierda- te ordeno y lo hiciste –ahora tiene que desviar el que va al tórax, con ambas manos hacia abajo- lo hiciste –muy bien, ahora cuando le apliquen un revés se agacha y da un ligero giro para quedar detrás de su oponente

-¿así?- preguntas cuando lo hiciste lentamente, aun así estuviste a punto de caerte al suelo, el asintió –creo que ya voy aprendiendo

-Que bien- te dijo –ahora desde el principio

De chica a DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora