Regreso a casa

3.4K 202 23
                                    

Comenzaste a caminar de regreso con aquellos jóvenes que habían venido por ti. Los miraste a cada uno de ellos, se veían demasiado cansados, demasiado golpeados, sobre todo Afrodita… se te hacia extraño verlo con su cabello revuelto y sucio, cuando él siempre se mantenía pulcro, limpio. Se dio cuenta de que lo estabas mirando y te sonrió, tú también le regresaste la sonrisa.

Continuaste caminando, ya no querías andar de mirona, lo mas seguro era que a ellos también les incomodaba que los vieras de esa manera. Llegaron al primer salón que deberían de cruzar, casi te da el infarto al verlo casi destruido y mas al ver a Damián tirado en el suelo, volteaste mirando a todos, viste que Aioria miraba hacia otro lado y silbaba, sin duda alguna él había estado ahí destruyendo todo junto con aquel tipo. Te acercaste, tu ética de medico no te dejaría en paz si dejabas a aquel pobre hombre a su suerte, aun estaba vivo; solo había quedado inconsciente por la perdida de energía y la paliza que le había dado Aioria. Colocaste tu palma sobre la frente de Damián y comenzaste a emanar tu Cosmo para que su recuperación fuera mas rápido.

Continuaron caminando, viste que el oponente que había enfrentado Mü también se encontraba desmayado, su vida no corría peligro, aun así lo ayudaste a que se recuperara. A diferencia de Damián, este si despertó poco a poco, cuando se estaba incorporando volvió a caer al suelo.

-¡¿Qué te pasa Aioria?! ¡¿Lo quieres matar?!- le reclamaste ya que Leo le había dado un buen golpe con una piedra en la cabeza volviéndolo a desmayar

-Lo único que no quiero es que se ponga en nuestro camino- te explico, en cambio tú si tomaste una roca y se la arrojaste. No te sorprendió que la tomara en su mano, al menos lo habías intentando.

.

.

Te detuviste al ver de nuevo a Renné, estaba ocupado tratando de sacar una rosa que tenia en su mano, cuando sus miradas se encontraron, él te volteo la cara, no quería verte. Te acercaste a él, sin importar que Shaka y Camus te lo estaban impidiendo. Extendiste tu mano, se tardo un poco pero al final poso la mano lastimada sobre la tuya. Tu Cosmo comenzó a emanar y la rosa que tantos problemas le estaba dando se comenzó a deshojar lentamente.

-Así que al final… ganaste- te dijo mirando al techo estrellado

-Si, pero creo que me va a demandar por daño a terceros y por daño en propiedad privada- le comentaste sonriente, él suspiro -¿Qué te llevo a esto Renné?- le preguntaste sin poder ya soportar la duda

-Nada- te respondió seriamente, apretaste su mano ya libre de la rosa –Solo quería hacer algo mas entretenido con mi vida

-¿Aun a costa de la muerte de inocentes?

-No seas tan exagerada- te dijo –tú no lo entenderías, naciste como diosa…

-No tengo mucho de saber eso- le respondiste, viste la sorpresa en sus ojos –Así es Renné, no lo sabia hasta hace unos pocos meses

-No te creo "-" es imposible- te dijo -¿de verdad?- te pregunto cuando callaste

-Así es- le dijiste y sonreíste de nuevo –no es por nada, pero andaba escapando de esto, si no fuera por ellos- miraste a tus guardianes para devolver la mirada hacia Renné –no estaría aquí, si no los hubiera tratado no los hubiera echado de menos y no hubiera regresado al Santuario

-Así que ahora… Serás la diosa de ellos- te dijo mirándolos

-Aun no lo se- le respondiste sinceramente –como que no me llama mucho la atención eso de andar de mártir y cosas así, no va conmigo

-Siempre lo has hecho- te respondió –ahora vete

-¿Vienes conmigo?- le preguntaste apretando mas su mano –Tengo entendido que en Santuario hay muchas armaduras de Bronce y Plata

De chica a DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora