- Tan solo le costó verlo una vez y se enamoro perdida y bobamente de aquel chico de cabellos negros, solo una maldita vez para darse cuenta de lo lindo que era.
Park Jimin no sabia de la existencia de Min Yoongi, y viceversa pero un día Jimin deci...
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Desde aquel día todo había cambiado.
Mentía de sobremanera diciendo que no se sentía mal, y que lo único que tenía era una pequeña gripe, de esta forma evitando a todo el mundo y no dejando que entraran a su habitación.
Solo pensaba y se dejaba inundar de preguntar su pequeña cabezita, que lo único que hacía en estos momentos era hundirlo y hundirlo cada vez más.
Dejo de comer, de ducharse, solo se la pasaba bajo las suaves colchas de su cama escuchando música, no miraba su teléfono y de hecho lo había apagado, escuchando música por su Ipad, no quería hablar con nadie.
Se sentía sucio.
Sentía que era el peor ser humano de todo el mundo, que el como se expresaba, el como se vestía y el como mostraba su forma de ser a el mundo era malo, que todo eso era muy pero muy mala.
Sus padres no sabían que había dejado de comer ya por casi tres días, pues lo único que hacía era recibir los platos de comida y con tan solo verla o olerla por alguna razón sus tripas se revolvían y terminaba vomitando así que toda aquella comida, por mucha lastima que le diera, la botaba en una bolsa, la cual ya pedía o bueno, exigía que la sacaran.
Se sentía mal y no sabía que hacer para dejar de sentirse así, sus labios estaban rotos y llenos de sangre ya seca por tanto que los había mordido, cada vez que trataba de dormir aquellas voces lo invadían y no lo dejaban descansar, siendo su único escapar el dormir 15 o 20 minutos y despertar para seguir de esta forma.
Sus padres le preguntaban si estaba bien y el solo respondía que si, que no se preocuparan, pero no era cierto, necesitaba salir de allí, de ese hueco oscuro, porque se sentía fatal, su cuerpo dolía y su estómago también, pues lo único que comía era los jugos o lo liquido que le llegara a dar su madre con las comidas, su cabeza también dolía exageradamente y sentía que cada vez estaba más débil.
Se digno a levantarse de la cama, pero cayó al piso, haciendo que sus bonitas rodillas quedarán lastimadas, sollozo y se hizo bolita en el piso.
No aguantaba más, no soportaba ni un instante más escuchar las voces de su cabeza, quería callarlas por una puta vez, se estaba volviendo más loco.
Soltó un fuerte sollozo y apretó sus piernas con tanta fuerzas que sus uñas se enterraron en su pálida piel, ahogo un grito mordiendo sus labios con tanta fuerza que sangraron.
- ¡¡CALLENSE!! - Grito con su voz desgarrada y empezó a golpear su pequeña cabezita en el piso.
Escucho como unos pasos rápidos se acercaban y fue en ese momento que se desmayo.
- ¡Jimin! - Escucho muy a lo lejos.
Era su peli negro, todo el tiempo había estado allí.
