Forty-one

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Diciembre había llegado y eso solo significaban tres cosas para el pelinegro, un poco de paz en todo su cuerpo al ya no tener ni una sola preocupación, bueno si, una sola, la segunda era que aquellos resultados ya iban a llegar que era su preocupa...

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Diciembre había llegado y eso solo significaban tres cosas para el pelinegro, un poco de paz en todo su cuerpo al ya no tener ni una sola preocupación, bueno si, una sola, la segunda era que aquellos resultados ya iban a llegar que era su preocupación y la tercera, era que iba a pasar mucho más tiempo con su bonito novio, aunque fuera solo acurrucados en la cama viendo una película.

El clima estaba exageradamente frío y hasta ahora comenzaba diciembre, decían que iban a nevar dentro de poco, a el no le agradaba mucho la idea, o tal vez si, el dormir con la calefacción prendida, sintiéndose calentito y cómodo en su cama le agradaba mucho, pero había un pequeño inconveniente y este era su bonito chico, el cual le había dicho que el día que nevara salieran a jugar un rato en la nieva.

No le desagradaba la idea pero temía de que tanto como su pequeño como el pudieran tomar un resfriado, al final terminó por aceptar con la condición de que sería el día después de que nevara, cuando la nieve ya estuviera en todos lados.

Ahorita solo se encontraba revisando su computadora, en especifico a que universidad iría, tal vez debería de esperar aquellos resultados y no comenzar a matarse la cabeza de una vez por todas y es que no solo se mataba la cabeza, si no también su corazón.

Por una parte de él no quería dejar a su Jimin, le prometió no irse, pero por otro lado quería irse a estudiar a Stanford, era una universidad en California si se ganaba una beca y era el mejor en su clase, la universidad le pagaba todo lo que el necesitará y sus padres habían aceptado eso, después de todo desde que su hijo había nacido habían comenzado un ahorro en un banco, aunque al principio muchas personas los llamaron exagerados ahora eso les iba a servir mucho.

Pero el que se fuera a California significaba dejar a su turroncito de azúcar y sentía muy en el fondo que ni el y especialmente su Minie iban a soportar algo como eso, no quería ver a su bonito chico decaído, por nada del mundo y menos por su culpa, sentía que si era así se iba a tirar de un puente al saber que su bonito novio estaba triste por su culpa, POR LA DE EL.

Pero también estaban sus sueños, aquello que quería cumplir, y tal vez solo iba a ser un año en el que se separaran, Jimin podía también ir a estudiar a California y así volvería todo a su normalidad, ¿no?

Frustrado por aquella situación dejo caer su cansado cuerpo a su cama, y cubriendo su rostro con una almohada dejo salir un grito, ¿Como esto podía ser tan difícil? Maldiciendo internamente dejo escapar una pequeña lagrima, de solo pensar e imaginar el como sería separarse de su turroncito le partía el corazón, y verdaderamente no quería eso, pero su otra parte, su otro el, le pedía con toda necesidad el ir a California, después de todo había sido su sueño desde muy pequeño.

Dejo salir aquellas lágrimas, jadeando entre el llanto maldiciendo a aquello llamado distancia, por el y metía a su novio en una cajita para que nadie lo tocase, nadie lo lastimara.

- Yoongi - Hablo una suave voz femenina - ¿Por qué lloras hijo? ¿Que pasa? - La señora de cabellos negros se acercó preocupada a su lindo gatito.

- No se que hacer - Dijo con voz baja limpiando sus ojos - No quiero dejar a Jimin pero por un lado desde pequeño eh anhelado ir a California y estudiar allí, pero ahora tengo a Minie y yo le prometí que no lo volvería a dejar, no quiero que este triste por mi culpa, no me perdonaría algo como eso.

- Cariño - La señora tomó asiento al lado de su hijo y luego agarro las pálidas manos - ¿Has hablado con Jimin de esto? Tienes que también tener presente lo que el quiere para ti, estoy segura de que el no quiere que seas infeliz a pesar de que eso amerite que se separen, el te ama Yoongi, y así como te hizo cambiar de opinión con aquello que ibas a estudiar hará lo mismo si decides quedarte aquí en Corea con el - La señora tomó una pausa y acaricio las pálidas mejillas de su hijo - El solo te quiere ver feliz Yoon, piénsalo bien, y habla con el.

Yoongi suspiro y abrazo a su madre sintiendo su cuerpo un poco más ligero.

- ¿No es muy egoísta de mi parte el solo pensar en mi? - Se pregunto preocupado.

- No desde que es algo que quieras y más si las demás personas lo entenderán, apuesto que Jimin lo entendería y te esperaría, el haría todo por ti Yoongi, de verdad - Sonrió dulcemente a su hijo y limpio aquellos ojitos.

- Jamás creí que iba a tener que tomar una decisión como esta - Dijo inseguro y mordiendo su labio nervioso - Te agradezco mucho mamá, prometo hablar con el y tomar una decisión que sea del agrado de ambos, ¿si?

La señora asintió con una dulce sonrisa y dejo un suave beso en la frente de su preocupado hijo.

Y aunque muy en el fondo Yoongi sabía que aunque Jimin aceptase dejarlo ir, le iba a doler, sabía que al peli rosita le iba a doler mucho.

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By; Dan


¿Quien es Park Jimin? - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora