- Tan solo le costó verlo una vez y se enamoro perdida y bobamente de aquel chico de cabellos negros, solo una maldita vez para darse cuenta de lo lindo que era.
Park Jimin no sabia de la existencia de Min Yoongi, y viceversa pero un día Jimin deci...
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Hoy era fin de semana, Jimin tenía que hacer sus tareas y trabajos de la escuela al igual que había quedado se verse con su amigo en la noche para una mini pijamada con Jungkook ya que desde hace tiempo no salían o se divertían entre amigos y ellos ya sentía que ya era hora pues la escuela dentro de poco los tendría a el mil.
Jimin se despertó tarde, lavo su cara y sus dientes para luego bajar a la cocina y encontrar una nota encima de la barra de la cocina, se la había dejado su mami.
"Salimos con tu papá a hacer las compras no te queríamos despertar, Desayuna, no tardamos. Te quiero mucho. Mamá"
Jimin sonrió ante aquella nota, se preparo su desayuno y cuando acabó volvió a subir a su habitación, miro su alrededor y todo estaba desordenado, el no era así y no le gustaba el desorden así que puso música y de inmediato se puso a ordenar su cuarto. Arreglo su ropa, puso sus cuadernos en orden, arreglo su escritorio, sus zapatos los puso en su lugar, cambió la cama, poniendo ahora unas lindas sábanas grises con estrellas blancas y un acolchado con el mismo estampado, este olía a fresas y canela, amaba ese olor de sus sábanas limpias, abrió las ventanas para que entrará aire y pudo ver a varios de sus vecinos que salían de casa o unos que regaban las plantas.
Su habitación ya estaba ordenada, ahora solo faltaba el, se fue a bañar y arreglar, duro bastante en la ducha pues cada fin de semana el se hacía su limpieza profunda y así la llamaba el, sonaba raro, pero no era nada malo, simplemente se lavaba muy bien su cabello, se aplicaba su tratamiento para tenerlo bien lindo al igual que su acondicionador que tanto amaba porque tenía un delicioso olor a frutos rojos, también se arreglaba sus uñas, las pintaba de aquel rosado color que tanto amaba y le pegaba algunas pegatinas o brillos, los fines de semana en resumidas cuentas eran para el y para sus tareas, y bueno, aveces para sus amigos.
Cuando ya estuvo listo, se puso ropa cómoda, unos pantalones deportivos anchos de color gris, una camisa que era tipo crop top de color rosado pastel que tenia un lindo estampado de osito y un buzo blanco que tenia una pequeña lunita en uno de sus lados, se miró al espejo y sonrió, le encantaba vestirse de esa forma, tan solo se puso unas medias pues como estaría en casa andaría en ellas o en sus chanclas y sin dar más rodeos se puso a estudiar y hacer sus trabajos.
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Jimin tenía algo llamado TDAH, cuando tenía como siete años se lo diagnosticaron y todo porque su madre sabía que no era normal que su hijo no pusiera atención en ciertas cosas, se le olvidarán las cosas muy seguido, tuviera impulsos, en el caso cuando pequeño, era el hacer cosas peligrosa sin llegar a pensar en que se podía hacer daño, y muchos síntomas más del TDAH y algo por el cual Jimin aún pasaba era el hecho de la hiperfijacion o la hiperconcentracion, la misma palabra lo dice, para el chiquillo de cabellos rosas era difícil ya que o se concentraba mucho en lo que estaba haciendo, al punto de olvidar su alrededor, comer o que tenia que hacer otras cosas, o también le podía llegar a pasar que todo aquello que tenga que hacer no lo hiciera por enfocarse en cosas que no tenían tanta importancia.
