V. Caminatas.

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En lo que esperaban a que el caballero volviera, Yoongi se imaginó que pasaría los días encerrado en su habitación, siendo casi forzado por el rey a comer cantidades descomunales de comida a horas fijas, aburriéndose hasta desear la condena de muerte que todavía estaba pendiente en menos de un año; pero no fue así.

Tan pronto Jungkook abandonó el cuarto, el rey se dirigió a él con un tono mucho más suave que el que utilizó con su caballero.

—Tenemos al menos unos cuatro o cinco días antes de que Jungkook vuelva y, no sé lo que opines, pero yo prefiero nunca desperdiciar el tiempo —dijo Seokjin ahora inclinándose sobre la mesa con los codos en ella—. He notado que tienes dificultades para desplazarte, ¿me equivoco?

Yoongi entrecerró los ojos, deseando poder incendiarle el pelo o la ropa con la mirada.

—Intenta pasar seis años encadenado sin la posibilidad de caminar y luego me dirás si moverte es fácil o no —espetó el prisionero.

De nuevo el rey le restó importancia a su falta de respeto.

—No estoy tratando de molestarte o recriminarte, Yoongi —aclaró el rey—. Estoy pensando en que no te vendría mal recuperar la movilidad en lo que vuelve Jungkook.

—Oh.

—Podrías empezar dando vueltas por el castillo, caminando a tu propio ritmo y, una vez que te sientas seguro, puedes ir al patio a correr y a entrenar con la espada.

Lo último activó alarmas en su cabeza. Yoongi no era más que un plebeyo que había vivido toda su vida en una pobreza casi extrema, nunca había ni pisado los alrededores de un castillo o una propiedad de alguien con buena fortuna, pero no por ello no era consciente de que...

—¿Entrenar? ¿Con tus caballeros? —preguntó enarcando una ceja. Considerando la forma en la que lo habían tratado hasta entonces, no quería imaginarse lo que podría ocurrir en un contexto con armas de por medio.

—No con ellos, solo alrededor —Seokjin se puso de pie—. Te hubiera asignado la ayuda de Jungkook, pero ya viste que no estará disponible por un tiempo. Cuando regrese le pediré personalmente que se encargue de ti.

—Pareces confiar mucho en este chico Jungkook.

—Es el capitán de la guardia real. Asumió el cargo hace unos años cuando su padre resultó malherido. Lo conozco desde que era pequeño —explicó conteniendo una sonrisa que Yoongi captó solo porque las comisuras de su boca temblaron—. No solo es el capitán, también es mi informante y amigo. Con él estarás siempre seguro.

—¿Quién dijo que no me siento seguro?

El rey sonrió de una forma que hizo que Yoongi quisiera golpearlo.

—Hay cosas que no necesitan decirse, Yoongi. Pero no tienes por qué preocuparte, mientras yo esté aquí nadie te hará daño.

Una mano de Seokjin se posó sobre el huesudo hombro de Yoongi y, al sentir el calor de sus dedos sobre la tela de la camisa sumado a la expresión de su rostro, un pensamiento inevitablemente cruzó por su mente:

Quizás su tiempo en el castillo no sería tan terrible.

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Esa misma tarde empezó su rehabilitación. Yoongi simplemente caminó por los pasillos arrastrando un poco la pierna izquierda. Incluso andando despacio se terminó cansando bastante rápido y varios de sus músculos se quejaron por el esfuerzo al que los estaba sometiendo después de tanto tiempo.

En el camino fue inevitable cruzarse con guardias o miembros del castillo, lo que siempre acababa en choques de hombros al pasar, en mujeres apresurándose para salir de su camino o para esconderse, en otros cuchicheando; Seokjin parecía despreocupado por esto, pero a él le daba la impresión de que nunca lo aceptarían. Ni siquiera esperaba que lo respetaran. Como mucho lo ignorarían.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora