XVIII. Orgullo.

145 40 0
                                    

Seokjin ingresó a su estudio, encontrando que era el último en llegar al cuarto. Namjoon ya esperaba parado junto al escritorio, mientras que Yoongi se había ubicado en una de las sillas disponibles con los brazos cruzados. Su enojo no había amainado ni un poco. Su consejero no pareció notar su malhumor.

—¿Pudo descubrir algo anoche, Su Majestad? —preguntó Namjoon.

El susodicho se movió hasta sentarse en su silla, la que estaba directamente frente a Yoongi. El muchacho no miró en su dirección.

—No puedo decir que fue así. No creo que ni la reina Hwa ni el duque de Kkot tuvieran algo que ver con los asesinatos —respondió el rey, quizás un poco agobiado por tener que admitir tal cosa.

—Tal vez crees eso porque todo el perfume se te subió a la cabeza y te dejó más estúpido que antes.

El murmullo fue tan bajo que apenas fue escuchado por él y, si la expresión de Namjoon era indicativa de algo, era que el consejero no había escuchado lo suficientemente bien para regañar a Yoongi por el atrevimiento. El confundido muchacho buscó en el rostro de Seokjin alguna respuesta, pero no la encontró. El rey ni se inmutó.

—El duque parecía, francamente, más interesado en sus negocios y en conseguirle a Lady Haneul un buen esposo antes que lastimar a nadie —explicó—. Si acaso me parece que un tipo como él no es capaz de planear algo tan intricado como un complot de este nivel.

—¿Sus negocios no podrían ser un motivo, acaso? Quizás la muerte de sus padres lo ayudara con algo.

—Lo que me dijo indica lo contrario. Dice que su negocio sufrió mucho por culpa del asesinato.

—Si la información que recibí en ese entonces es correcta, la verdad es que lo creo —asintió Namjoon, aunque no muy contento—. La ida de Sus Majestades realmente fue un golpe para la economía.

—¿Y cuál es la excusa de la reina? —espetó Yoongi.

De nuevo, Seokjin no le prestó atención. Namjoon le lanzó una mirada envenenada.

—Quizás Hwa solo sea una buena actriz o yo muy ciego, pero parecía genuinamente triste por la muerte de mis padres; especialmente la de mamá —explicó Seokjin. Su mirada se perdió un momento en algún punto de su mesa—. Creo que la reina quería demasiado a mi madre para hacerle daño y bajo ese mismo razonamiento, no la veo haciéndole nada a mi padre sabiendo lo mucho que eso lastimaría a mi madre.

»Además de mi hermano y yo, creo que es quien más sufrió por ellos.

Estaba absolutamente seguro de que no estaba siendo un tonto por pensar que Hwa sería incapaz de acabar con la vida de sus padres o por creerle cuando contaba su historia con su madre o cómo se sentía respecto a su pérdida. Seokjin no podía decir que conocía a alguien que amara a su madre más que la reina de Bomeum. Era quizás la única que alcanzaba al rey y al príncipe en ese aspecto.

Muchas cosas podían actuarse y falsificarse, pero no el amor puro.

Aunque estaba feliz de que alguien tan importante para su madre no fuera una sospechosa, no le alegraba lo que sus descubrimientos implicaban. Básicamente habían regresado al punto de partida, donde no tenían pistas ni tampoco sospechosos. Lo único que tenían eran unas cartas y un mercenario que ya había muerto de forma lamentable.

—Si Su Majestad cree que son inocentes, no podemos hacer mucho más —soltó Namjoon—. Además de las cartas, ¿tenemos alguna otra pista? ¿Algún rastro que seguir?

Yoongi chasqueó la lengua y luego de un instante, descruzó los brazos y se inclinó hacia el frente en su silla.

—Hay un lugar que no hemos investigado.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora