XV. La fiesta.

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Había olvidado lo mucho que detestaba tener que ser anfitrión. Lo que más quería en aquel momento era ir directamente hacia los dos sospechosos para hacerles preguntas, pero no fue hasta una hora después que fue capaz de acercarse a la reina de Bomeum, luego de tener conversaciones banales con unas diez personas diferentes que no notaron su impaciencia.

Ella, alta y preciosa en su largo vestido amarillo, lo recibió con un abrazo cálido. A pesar de ser reina, no llevaba corona. En cambio, flores entre rojas y amarillas decoraban sus rizos dorados. Hwa era una de las mujeres más hermosas que había conocido en su vida, pero los otros miembros de la realeza habían aprendido con el tiempo a no molestarla con sus pretensiones; la reina de la primavera estaba contenta por su cuenta.

—Jinnie, mi vida, ¿hace cuánto tiempo que no nos vemos? —preguntó. Su voz era suave en medio de la música y las voces, pero clara y musical.

—Creo que la última ocasión fue el año pasado, en esta misma fecha.

—Es realmente una pena que vivamos en reinos tan apartados. Me hubiera gustado verte más seguido.

—Lo mismo digo —asintió Seokjin, sinceramente—. Ahora mismo la situación es estable, pero todavía no me siento seguro tomándome libertades. Intento no salir del reino a menos de que sea necesario.

—Es totalmente entendible. Has llevado la corona con honor y dignidad. Sé que tus padres están orgullosos de lo que has logrado.

—Se lo agradezco de corazón.

Hwa lanzó una mirada alrededor, asegurándose de que nadie estuviera lo suficientemente cerca o prestando atención. Ella se acercó a él un paso más. Tenían casi la misma altura, así que no necesitó inclinar la cabeza para seguir mirándola a la cara.

—Si te soy totalmente sincera, te tengo un poco de envidia, Jinnie.

Ni siquiera las pecas que salpicaban su piel clara pudieron ocultar el color en sus mejillas. Era extraño cómo una mujer de su edad a veces le parecía tan joven como en aquel momento.

—¿Envidia, señora?

No debió, pero el comentario llamó su atención.

—En todos los años que han pasado, te he visto tan fuerte y seguro. La mención de tus padres no parece afectarte tanto como antes —explicó abrazándose a sí misma como si una brisa gélida hubiera pasado a su lado—. Sin embargo, yo no puedo pronunciar el nombre de tu madre sin echarme a llorar. Algo me dice que los años no cambiarán eso.

Jin de repente se sintió enfermo por pensar mal de ella.

—No es que no me afecte. Solo sé ocultarlo —admitió y ubicó con cuidado una mano sobre su hombro—. Es totalmente natural que todavía se sienta triste.

—Eres muy amable. Seguro parece insensible que esté hablando de mi dolor cuando se trata de tu madre.

—Tengo entendido que eran muy cercanas, casi como hermanas. No siento que sea insensible en lo absoluto. Al contrario.

Eso le sacó una sonrisa.

—Como seguro sabes, Yangmi era una doncella en el palacio de Bomeum antes de casarse con tu padre —fiel a sus palabras, la mención del nombre le cristalizó los ojos casi al instante—. Estuvo conmigo desde muy joven y no abandonó mi lado hasta que tuvo que marcharse.

—Mi padre la conoció en una de sus visitas, ¿no es así? —Seokjin ya conocía toda la historia, pero siempre había encontrado agradable escuchar a Hwa contarla.

—Sí, cuando acompañó a tu abuelo a una reunión con mi padre —asintió ella y sus ojos caramelo se perdieron en la multitud—. Yangmi se enamoró al instante y no se dio cuenta de que el sentimiento fue mutuo hasta más tarde. Ella vivía con la idea de que no era digna de un príncipe como Junsang. Si acaso pienso, sin ofender, que era al revés.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora