Extra I: Cosas pendientes.

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Lo último que Yoongi deseaba, después de todo lo que había acontecido, era pasar un segundo más en el palacio de Yeoreum, pero al ver el estado en el que Seokjin había terminado luego de que Taeyang fuera arrastrado al calabozo, le pareció que lo más sensato era tomarse las cosas con calma. Cuando su llanto pareció finalmente amainar, Yoongi lo levantó del suelo y se lo llevó directamente a la habitación que le habían asignado, apenas lanzando unas miradas a su hermano y a Jungkook. Yeonjun los siguió de lejos, pero no hizo ningún comentario.

El rey no intentó resistirse a nada. Yoongi lo sentó en la cama y desvistió, para luego empujarlo para que se recostara y metiera bajo las mantas. Él se sentó a su lado y lo recibió entre sus brazos, acunándolo y acariciando su espalda con intenciones de calmarlo, aunque la verdad era que, a simple vista, ya no se veía para nada alterado. Al final Seokjin se quedó dormido y él, pensativo, solo se quedó mirando por la ventana mientras lo abrazaba.

Entendía perfectamente el porqué de la reacción de Seokjin, y en parte era consciente de que él debía sentirse similar, pero no era así. Él siempre había sabido que el asesino era otro, pero el que el responsable fuera el rey de Yeoreum no le afectaba en lo absoluto. Antes de pasar a vivir con Seokjin en el castillo como mucho sabía de la existencia de Taeyang, ni siquiera lo conocía por nombre; el asesino podría haber sido otro completo extraño y el resultado hubiera sido el mismo para él. Si acaso solo se sentía mínimamente afectado por el hecho de que Seokjin estaba devastado.

Al pasarle esto por la mente, se inclinó para posar un beso en su cabello y lo apretujó entre sus brazos un momento, deseando con todas sus fuerzas el poder tomar parte de su dolor y así aliviarlo al menos un poco.

Al cabo de unas horas Yoongi se apartó y lo vio rodar en el colchón para recostarse de costado. Lo cubrió mejor con las mantas y salió de la habitación, apenas haciéndole un gesto con la cabeza a Yeonjun para que se mantuviera alerta mientras él se ausentaba.

Nunca había estado en el castillo de Yeoreum y mucho menos había tenido tiempo para explorarlo desde que había llegado la noche anterior, así que le costó lo suyo encontrar la cocina entre los interminables pasillos y las docenas de puertas. Todo el lugar estaba en absoluto silencio y en todo su recorrido apenas se cruzó con un par de caballeros y un sirviente; ninguno de los tres se fijó en él o pareció siquiera notar su presencia al pasar.

La gente de la cocina le indicó que se sirviera a su gusto y se excusaron mientras cuchicheaban entre sí, demasiado distraídos para preocuparse por el extraño que había entrado. Yoongi los vio marchar y se preguntó cómo se sentían: su rey, a quien seguramente habían querido y respetado profundamente, había resultado ser un traidor y un asesino. Los afectados por sus acciones, al menos directamente, eran muy pocos, pero de todos modos sus crímenes repercutían en todos a su alrededor.

No estaba seguro de que Seokjin estuviera de humor para comer mucho, pero de igual manera llenó como pudo una bandeja con un poco de todo y tomó una copa y algo de vino para acompañar con la comida. Estaba considerando si acaso no se le olvidaba nada cuando Jimin cruzó la puerta.

Se sostuvieron la mirada por un instante y luego, como si nada, el príncipe se acercó y empezó a hacer exactamente lo mismo que él había estado haciendo segundos atrás.

—¿Cómo está mi hermano? —preguntó en lo que ponía un bol con sopa en su bandeja.

Yoongi se sorprendió de que le hablara con tanta tranquilidad que quiso señalarlo, pero se contuvo. En su lugar se aclaró la garganta.

—Está dormido. Creo que está algo afectado.

Algo es decir poco. Creo que no lo había visto llorar en una década. Ni siquiera lo hizo cuando pasó lo de nuestros padres —comentó Jimin. Él asintió con la cabeza.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora