Extra IV: Crónicas de un compromiso [Parte I]

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De todas las situaciones en las que Seokjin lo había puesto en los casi dos años que llevaba de conocerlo, la actual era la que más odiaba.

Como si el destino se burlara de aquel pensamiento, una aguja le clavó en la cintura y a él se le escapó un sonido que no era para nada uno que se permitiría soltar en una situación donde tenía el control.

—¡Sir Yoongi! —exclamó la mujer arrodillada junto a él levantando las manos en el aire. Su rostro estaba enrojecido por la vergüenza y la culpa—. ¿Le hice daño?

—Te dijimos varias veces que te quedes quieto.

Yoongi le lanzó una mirada envenenada a Namjoon, que estaba sentado en una esquina del cuarto, muy ocupado en un libro para levantar la cabeza y encontrarse con el odio absoluto del amante de Su Majestad. Lo habían enviado para supervisar, pero lo cierto era que se había dedicado a sus cosas sin prestar mucha atención, apenas lanzando comentarios o regaños cuando era necesario.

—No pasa nada, Sunhee. Solo me sorprendí —la tranquilizó, sonriendo como pudo—. Intentaré quedarme quieto.

—Mejor así, señor. Terminaré lo más pronto posible para que pueda irse.

Las personas a su alrededor siguieron trabajando en silencio, ahora más concentrados que antes. Dos mujeres se encargaban de tomarle medidas y ajustar una túnica alrededor de su torso mientras que un muchacho les ponía alfileres a sus pantalones para marcar dónde tendrían que cortar y coser la prenda que, en ese momento, le quedaba algo larga.

Tal y como Sunhee había prometido, terminaron apenas un par de minutos después y, tras recibir las prendas de sus manos cuando se las quitó tras una mampara de madera, se marcharon con sus acostumbradas reverencias y formalidades, dejándolo solo en su habitación con Namjoon, quien al fin parecía capaz de cerrar su libro y prestarle atención.

El consejero lo miró con una sonrisa medio burlona.

—¿Te diviertes?

—Un poco, sí.

—¿Qué te he hecho yo para que me hagas esto? —preguntó Yoongi, un poco infantilmente—. No he sido más que un encanto con tu príncipe.

Namjoon asintió despacio con la cabeza, como si estuviera de acuerdo.

—Lo sé, pero tómalo como una pequeña venganza por los dolores de cabeza que me dan Su Majestad y tú —dijo, poniéndose de pie.

Yoongi volvió a mirarlo con odio, más contento ahora que Namjoon podía verlo.

—Él es quien causa casi todos los problemas y lo sabes —acusó Yoongi—. Si tienes un problema con Seokjin, desquítate con él.

—¿Hacer algo en contra de mi rey? ¿Acaso eres estúpido?

Finalmente, y sin esperar respuesta, Namjoon caminó hacia la puerta, sosteniendo su libro bajo el brazo, presionado contra su costado.

—Termina de vestirte y ve al gran salón. Todavía tienes cosas que hacer hoy —recordó ya con un pie en el pasillo, pero a último segundo Namjoon pareció reconsiderar sus acciones y se giró para lanzarle una última sonrisa pícara—. Su Majestad.

Yoongi tomó una de sus botas y la lanzó hacia la puerta, pero el consejero fue más rápido para abandonar el cuarto y cerrar la puerta, por lo que el zapato chocó contra la madera y cayó al suelo con un sonido casi sordo. De no haber sido por su estado de casi desnudez, Yoongi hubiera corrido tras él para darle su merecido. El rey y el príncipe estaban a salvo de su rabia, debido a sus posiciones, pero el consejero no.

En lugar de cometer una tontería, se dejó caer sentado en el borde de la cama que llevaba meses sin usar y se mandó las manos a la cara, frotándose la cara y jalándose el pelo con más fuerza de la necesaria.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora