XXV. Confirmación.

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Yoongi despertó a la vez que oía a un caballero gritar a alguien para que se apresurara. Entre parpadeos intentando disipar los restos de su somnolencia notó que estaba solo en medio de todos los cojines, justo donde se había quedado dormido la noche anterior con Seokjin envolviéndolo por la espalda. El rey no estaba en la tienda. Probablemente llevaba largo rato sin estarlo.

Tras pasarse el mano por el pelo, ahora tan largo que le cubría las orejas, se arregló la ropa lo mejor que pudo, se calzó y salió al exterior. El caballero que hacía de guardia le lanzó una mirada curiosa, pero no hizo ningún comentario que confirmara las terribles sospechas de Yoongi. Lo último que necesitaba era saber con certeza que los miembros de la caballería ya estaban al tanto de su relación con el maldito rey de Gyeoul.

Se lavó la cara con agua que habían recolectado en un barril y desayunó lo que Jungkook le ofreció, todo sin ver ni la sombra del rey en las cercanías. Era consciente de que algo había cambiado en todos los caballeros luego de su pequeño encuentro con el príncipe Jimin, pero algo le decía que su repentina indiferencia hacia él no se debía solo a eso. De nuevo, otra señal de que probablemente ya habían intuido la verdad.

Si seis años atrás le hubieran dicho que terminaría siendo el disque amante de un rey, se hubiera ahogado de la risa.

A su alrededor todo el mundo estaba ocupado. Una parte de los hombres se había desvanecido, probablemente yendo en busca de los bandidos. Él era el único que no tenía absolutamente nada que hacer y eso lo sacaba un poco de quicio. Lo único que pudo hacer por un rato fue dar vueltas por el campamento, intentando atraer con sus pensamientos algo que con lo que distraerse. Hasta se encontró a sí mismo deseando que algún caballero se enfadara y le ordenara que lavara la ropa o algo por el estilo.

Estaba al borde de ir a buscar problemas cuando alguien se detuvo a su lado.

Un caballero. Estaba vestido en armadura ligera y llevaba una espada en el cinturón.

—Su Majestad me ha pedido que venga a buscarte —anunció el hombre. Tenía una complexión un poco más morena que la que acostumbraba verles a los hombres de Gyeoul—. Quiere que te escolte hasta allí.

Qué embarazoso. Seguramente Seokjin lo estaba llamando para alguna cosa rara y en vez de hacerlo por su cuenta tenía que traer a la ecuación a un caballero que terminaría por contarle todo el chisme al resto del batallón. Ya podía escuchar sus risas mientras comían alrededor del fuego esa noche.

A pesar de esto, Yoongi solo asintió con la cabeza y lo siguió.

Atravesaron todo el campamento y poco a poco se fueron alejando, siguiendo un caminito de arena que los metió entre árboles y arbustos hacia el bosque. No podía evitar lanzar miradas sobre su hombro mientras avanzaban, confundido por la distancia que estaban tomando del resto del grupo. Lo único que lo mantenía tranquilo era saber que, conociendo al rey de pacotilla, solo podía tratarse de alguna de sus locas ideas. Quizás quería mostrarle alguna flor que encontró mientras paseaba o una tontería similar.

Estaban bastante sumergidos en el verdor cuando miró por última vez hacia atrás y cuando volvió la vista hacia el caballero, solo se encontró con la punta de su espada a centímetros de su garganta. Yoongi levantó las manos a los lados de la cabeza.

—Al fin alguno de ustedes tuvo las bolas para intentar acabar conmigo —murmuró Yoongi sin poder evitar sonreír.

El caballero rodó los ojos.

—Esto no tiene nada que ver con eso. Necesito respuestas y tú puedes dármelas —dijo el hombre. Bajo el sol de la mañana sus ojos eran casi ámbar—. Desde hace unos meses que el rey ha estado haciendo cosas raras y necesito saber por qué.

The Lost Assassin ♕ ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora