Capítulo treinta y ocho "Una reliquia"

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—¿Así es como entró? —preguntó Corey

—¿Qué es? —observé las ramificaciones negras en el techo de la sala.

—un punto de impacto de un rayo —explicó Mason. —usualmente hay lugar quemados así en el suelo después de una tormenta de rayos violenta.

—así entró el jinete fantasma —afirmó Scott. —montando el rayo.

—¿si puede usar los rayos para cruzar el serial?

—no hay lugares seguros —siguió el alfa.

—eso es todo, lo mellizos tienen que irse de Beacon hills —decidí con firme determinación.

—si, estoy de acuerdo.

—¿Así? Pues sino lo...espera —caí en cuenta —¿Estás de acuerdo?

—sí, tenías razón no pueden quedarse aquí mientras no detenemos a los jinetes.

—¿Qué hay de los demás? —miramos a Corey. —es mi culpa que los marcarán.

—hallaremos como protegerlos, a todos.

Tras aquella pequeña reunión nos dirigimos al colegio para seguir con la rutina.

—es una reliquia —dijo Lydia tras mostrarnos un diario.

—¿Qué es una reliquia? —preguntó Malia.

—un objeto con una sucesión fija al pasado —explicó —la identificación de Jake se quedó cuando lo llevaron y Gwen encontró el brazalete de su hermana en su habitación.

—¿Cómo puede ser alguien borrado y dejar cosas visibles? —inquirí.

—la conservación de la masa, la masa total de cualquier sistema aislado permanece constante.

—hasta los jinetes tienen una debilidad —comentó Scott.

—una reliquia sería prueba de que Stiles existió.

—y tal vez podemos recuperarlo —pensó el castaño.

—iré a hablar con él sheriff —dijo Lydia.

—voy contigo —besé a Scott —nos vemos luego amor, cuídate ¿Sí?

—si tú igual, Ángel.

Salimos de la escuela y fuimos lo más rápido posible a la comisaria.
Al entrar fuimos directo a la oficina de Stilinski.

—¿Quieren revisar mi casa? —preguntó luego de que le explicamos todo.

—la gente deja cosas detrás, si Stiles dejó algo...

—¿Qué estaría ahí?

—no puedes borrar a las personas, dejan cosas detrás —expliqué.

—anoche no podía dormir así que, me levanté y decidí hacer papeleo —contó —los archivos estaban en mi auto así que, fui a la cochera y se habían caído cosas de una repisa y...me pegué con un viejo bate de béisbol —nos miró cohibido —sin pensarlo grité un nombre.

—Stiles —adivinamos al unísono.

Ya en la casa del señor Stilinski comenzamos a mirar con cautela la sala.

—¿puedo ayudarlas con algo? —preguntó la señora Stilinski.

—no —la voltee a ver con una pequeña sonrisa. —pero gracias señora Stilinski.

—pues...suerte, las dejaré solas —Salió.

—actuó raro ¿no? —la bashee asintió sumida en sus pensamientos.

My neighbor is a werewolf 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora