Capítulo cincuenta y cinco "A ciegas"

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Era de madrugada dormía plácidamente en los brazos de Scott, cuando sentí movimiento y el frío a causa de la falta de mi chico caló mis huesos, quise levantarme pero me quedé un rato pensando que quizás bajó por un vaso de agua.
Como no regresó, salí de la cama y bajé encontrándolo en la puerta de la cocina.Tomé su mano uniéndo nuestras miradas con las que nos decíamos más que lo que las palabras podrían expresar, así supe que ambos teníamos la misma preocupación: la guerra con los cazadores y el anuk-ite.

—¿Está todo bien? —pregunté rompiendo el silencio mientras regresábamos a la casa.

—creo que oí un rugido familiar...tengo la sensación de que era Ethan.

—¿Qué hace Ethan aquí? —fruncí el ceño confundida.

—quizás Lydia lo llamó —se encogió de hombros.

—quizás —dije no muy segura.

Esa misma noche fuimos al encuentro con Deucalion para que nos enseñara como pelear a ciegas, Malia también se unió a nosotros.
Llegamos a lo que parecía un lugar cerrado entre trailers, cerca del puerto.
De repente oímos un ruido, al subir la mirada nos encontramos con el lobo subido a uno de los trialers con un bastón en sus manos.

—¿Alguno sabe como se llama lo que hago? —rompió el silencio.

—ecolocalización —respondió Scott.

—hiciste tu tarea.

—busque un par de cosas —admitió.

—Y ahora crees que puedes aprender en un día algo que me tomó años dominar.

—esperábamos a ver lo más importante —comenté.

—si, lo que pueda ayudarnos a pelear contra el anuk-ite sin verlo. —me siguió el castaño.

—pelear a ciegas es una cosa, ustedes no saben ni caminar —explicó —un especialista en orientación y movilidad debe practicar con los ojos vendados y un bastón por lo menos ciento veinte horas antes de obtener la certificación. —hizo una pausa —no puedo enseñarles  a caminar y pelear en menos de veinticuatro.

—sabemos que estamos en problemas, Gerard tiene un ejército, hay una criatura que asusta a las personas ordinarias y las convierte en asesinas —habló el alfa.

—una criatura capaz de matar con sólo verlos —notó nuestras miradas —viste algunos ¿o no?

—vimos gente convirtiéndose en piedra —asentí.

—¿por qué no están corriendo por sus vidas?

—porque no corremos —afirmó Scott.

—eso suena como un alfa, comencemos.Bajó de donde estaba y se acercó a nosotros —desafortunadamente hay una diferencia crucial el enseñarles a pelear a ciegas.

—no estamos ciegos —entendió el castaño.

—¿Eso que importa? —inquirió Malia a la defensiva.

—a menos de que pases días caminando con los ojos vendados, el anuk-ite solo tiene que hacer que habrán los ojos.

—los mantendremos cerrados —arregló la coyote.

—¿Crees que es fácil? ¿Qué pasa con tus ojos cuando te asustas?

—se abren mucho—respondí.

—para tener más luz,enviarle más información al cerebro y manejar mejor lo que tienes enfrente.

—puedo mantener los ojos cerrados —aseguró la Tate.

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