Capítulo treinta y dos "Romeo y Julieta"

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Nos habíamos acostado a dormir pero ninguno había podido pegar ojo aún, Lydia me había comentado sobre lo que estaba sucediendo, al parecer tenía que ver con unos jinetes fantasmas que borran a las personas que los ven, personalmente esperaba que no fuera un caso sobrenatural pero me equivoque.

—¿En qué piensas? —observé al castaño.

—en...—Suspiró —no lo sé, siento como que algo falta ¿Sabes?

—o alguien, me pasa lo mismo —admití.

—Ángel —me miró —si los jinetes me llevan, no me olvides.

—¿Cómo crees? —sonreí — ¿Cómo podría olvidar este rostro tan hermoso? —lo besé.

El besó comenzó a subir de tono, Scott no quiso hacer ningún movimiento, creo que no quería presionarme.
Me puse a horcajadas suyo, apoyé una mano en mejilla y la otra la pasé sobre sus hombros sosteniéndome.

—espera —dijo entre besos —¿Estás segura?

—lo estoy —alcé mi su remera y él me ayudó a quitársela para luego de un rápido movimiento dejarme bajo su cuerpo.

Con cuidado tomó el borde de mi remera y comenzó a subirla con suavidad, hasta quitarla, por inercia me tapé con los brazos.

—eres perfecta —quitó mis extremidades para luego besarme.

Una cosa llevó a la otra y para cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos demostrándonos todo lo que sentíamos por el otro.

—Scott —gemí —trata de no romper la cama.

—no prometo nada —gruñó con su rostro oculto en mi cuello.En eso se escuchó un crujido proveniente de la pared. Alzó la mirada y luego hizo una mueca —¡oops!

—¿Qué?

—la pared —rió.

—no puede ser —clavé mis uñas en su espalda al sentir que llegábamos al clímax.

—te amo —dijo al finalizar el acto.

—yo igual te amo —nos besamos una última vez antes de caer dormidos.

A la mañana siguiente sentí como rozaban la piel de mi mejilla y luego besos por todo mi rostro y cuello, reí al sentir cosquillas.
Abracé el cuerpo masculino aún sintiendo sus besos en mi piel, sonreí sin querer abrir los ojos ni separarme.

—vamos Ángel, abre tus hermosos ojos —me animó.

—no quiero —dije como niña pequeña

—no me obligues a hacerte cosquillas amenazó en juego.Finalmente abrí los ojos encontrándome a Scott observándome —¡buenos días!

—¡Buenos...! —hice una mueca de dolor al mover mis piernas.

—¿Estás bien?

—si, sólo sentí un pequeño dolor, nada de que preocuparse —le resté importancia.

Oímos llanto provenir desde uno de los monitores. Me senté y me puse en pie tomando la ropa para vestirme pero en cuanto intenté moverme para ir por los mellizos, mis piernas fallaron y hubiera caído de no ser por Scott que me tomó por detrás impidiéndolo.

—creo que necesito una silla de ruedas —reímos.

—lo siento amor —dijo preocupado.

—tranquilo, estoy bien.

—yo iré por los bebés —se vistió rápidamente con un bóxer y un jogging y salió de la habitación.

Miré la hora, tenía que levantarme para ir al colegio así que me paré y fue cuando observé el cabezal de la cama para sostenerme que noté el la abolladura en la pared.

My neighbor is a werewolf 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora