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Todos los alumnos e incluso los profesores empiezan a correr. Algunos se resbalan por el agua que está por todo el piso de la escuela. Hay gritos por todas partes.

Alguien había jalado la alarma de incendios y había ocasionado todo ese desastre.

Todos ya estaban afuera a excepción de un estudiante, Dream.

—Todos mantengan la calma. Ha sido una falsa alarma. Por favor, el graciosito responsable de todo esto que se presente.

Todo se queda en silencio.

—Si no se presenta ahora mismo será expulsado.

Dream escucha eso y entra en pánico. Ellos no podrían saber que fue él, así que no iban a expulsarlo.

—¿Qué haces tú aquí? —escucha una voz detrás suyo.

El conserje lo arrastra del brazo hacia afuera exponiéndolo ante todos.

El director solo suspira al verlo, como si fuera algo que ya esperaba.

—Todos pueden irse a sus casas —anuncia el director—. Llamaremos a tus padres —le susurra a Dream.

Sus padres llegaron como de costumbre. No era la primera vez que hacía una travesura, pero quizás esa había sido la más desastrosa.

Quedaron en el acuerdo de que se quedaría a limpiar todo el desastre. Lo que ya era un gran castigo para él, pero su madre no lo vio como suficiente.

Apenas llegaron a la casa, se sentaron en la mesa y empezaba la segunda regañada del día.

—¿¡Por qué!? ¿¡Por qué lo haces!? ¿¡Tú crees que para nosotros es fácil salir de nuestro trabajo para ir a tu escuela y que nos digan todas las travesuras que haces!?

—Es que...

—No, no hables aún. Déjame terminar. Hemos soportado esto varios años y estamos cansados de que te metas en problemas todo el tiempo. Teníamos esperanza de que tu comportamiento mejorara, pero simplemente empeora. Mañana iremos a la iglesia. Tal vez ahí si te comportas.

—No voy a ir.

—Claro que vas a ir, jovencito —le dice su padre—. Fuiste demasiado lejos. Una travesura más y te mandamos a un campamento militar.

—Llevan años diciendo eso. Ya sé que es solo una amenaza —Dream se cruza de brazos con una sonrisa de satisfacción.

—Pues ya no será una amenaza, así que compórtate.

...

Al día siguiente, aprovechando que habían suspendido las clases, su madre lo llevó a la iglesia más cercana.

—¿Y qué se supone que hagamos aquí?

—Ya verás.

Apenas entraron se escuchó el canto celestial de varios niños. Eran varias voces agudas acompañadas de alguna que otra voz grave de los más grandes.

—Ni lo sueñes —soltó Dream, sabiendo el plan que tenía su madre.

—Tienes una gran voz y te mantendrá ocupado para que no pienses en tus maldades.

—No soy creyente y lo sabes, mamá. ¿Qué voy a hacer yo entre tanto angelito? Soy una mala influencia para ellos.

—Estoy segura que no les harás nada, al contrario, ellos te ayudarán a cambiar.

Sweet Home [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora