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Dream sale del pequeño salón del club de artes dejando a George solo con sus nuevos compañeros. No parecían tener intención de lastimarlo, pero igualmente temía que lo incomodaran.

Se quedó al otro lado de la puerta para poder escuchar y asegurarse de que era seguro dejarlo solo.

—¡George, ven aquí! Puedes sentarte a mi lado —lo llamó Karl.

George fue obediente a sentarse a la banca que estaba al lado de Karl.

—Hola —dice George tímidamente—. No sabía que pintabas.

—Me encanta pintar. Te ayuda a sentirte en paz por un momento. Me alegra que te hayas unido al club. ¿Quieres que te los presente?

—Está bien supongo.

—Él es Callahan. No habla, así que no esperes escuchar alguna palabra de él. Aún así es muy bueno comunicándose mediante el arte. Luego tenemos a Sylvee. Probablemente la más dulce del club y una de las razones por las que este club existe. También está Hannah, aunque creo que ya la conoces. Puede parecer muy dulce al comienzo, pero le encanta hacer muchas bromas. Y finalmente estoy yo.

—¿Por qué somos tan pocos?

—Hemos intentado agregar más gente, pero no les solemos agradar a nadie.

—Yo quería llamarlo el club de los marginados, pero Sylvee no aceptó —mencionó Hannah.

—No somos marginados.

—Como digas.

—Vuelvo en un rato —le susurra Karl al oído.

Sale de la clase y se encuentra con Dream, quien luce muy asustado al verlo.

—Disculpa, ¿te asusté? No me di cuenta que estabas aquí.

—No, estoy bien. Ya me iba.

—¿Okay?

Dream camina rápido hacia la salida. No quería parecer demasiado protector con George, pero tampoco quería que lo lastimaran en su ausencia.

...

Al rato regresa Karl con un lienzo en blanco para George y lo pone sobre su caballete.

—Listo. Todo tuyo.

—Gracias.

—Uhmm... dijiste que estabas viviendo con Dream, ¿no? —le pregunta Karl.

—Me estoy quedando en su casa por un tiempo.

—¿Por qué?

—Porque me invitó a quedarme en su casa.

—Lo sé, pero —sus palabras se cortan cuando George pone su mano sobre la suya. Es un contacto mínimo que no tarda en acelerar su enamorado corazón.

—Dream es un amigo. Los amigos hacen esas cosas. Supongo que no debes tener muchos amigos.

Todos se quedan callados al escuchar las palabras de George. Incluso él mismo se sorprende de lo que acaba de decir.

—Yo... no quise decir eso. Lo siento en serio. Tocaste un tema sensible para mí y no tuve otra opción que hacer lo mismo. Lo siento.

—Está bien. Yo también lo siento. Solo tenía curiosidad. ¿Entonces ya no volverás a la iglesia?

—No por un tiempo.

Sweet Home [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora