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—No puedo creer que Sapnap haya robado —susurra Dream a George, quien está sentado a su lado—. Es mi amigo, lo conozco por años y sé que él no sería capaz de robar ni siquiera por necesidad. Además, nunca me ha mencionado nada de su madre, ni siquiera vive con ella. Todo esto se me hace muy raro que siento que Sapnap en verdad no lo ha hecho.

—Tal vez intentaba cubrir a alguien.

—¿A quién? Literalmente solo es amigo mío y tal vez de Karl. Realmente dudo que Karl haya sido tan estúpido como para robarse a sí mismo prácticamente.

—¿Y si de verdad robó para su madre?

—Pudo haberme avisado antes de robar. Tal vez mi familia no tenga la mejor economía, pero lo hubiera ayudado y él lo sabe.

—Tal vez no quería parecer interesado.

—No es como si me pidiera dinero todo el tiempo. Supongo que al final nunca terminas de conocer a las personas.

—¿Estás enojado con Sapnap?

—No enojado, más bien frustrado. Nunca me lo hubiera esperado de él.

Dream suspira y recuesta su cabeza sobre la mesa. Por otra parte, George tiene los ojos llorosos. Dream no sabía que había sido él, pero si lo supiera también estaría decepcionado. ¿Por qué no podía ser un mejor novio del que Dream pudiera estar orgulloso? ¿Por qué siempre tenía que arruinar todo?

El resto de la clase continúa normal, solo que Dream ni siquiera se atreve a ver a Sapnap. Al final de la clase, Sapnap se acerca a ellos.

—Uhm... George. Karl me dijo que te acompañe hacia otra clase donde continuarán con el club.

—Él puede ir solo —interviene Dream.

—No estaba hablando contigo. Ven, George.

—No te preocupes —le dice George a Dream—. Iré con él.

George cuelga su mochila sobre sus hombros y aunque está un poco nervioso intenta no aparentarlo.

Sapnap lo lleva hasta una clase vacía. Esperaba ver a Karl y a sus demás compañeros del club, mas no había nadie. Ambos entran y Sapnap se encarga de cerrar la puerta y todas las cortinas.

—No te asustes. Solo quiero hablar contigo y supuse que sería mejor solo los dos —dice, sentándose en el escritorio del profesor—. Les he aclarado a los delegados que no fui yo, mas no les he dicho que fuiste tú tampoco. No me pareció correcto delatarte. Si bien no somos amigos, eres amigo de dos de mis personas más importantes en mi vida y sabía que se iban a sentir mal si se enteraban lo que habías hecho.

—No lo hice por maldad. Necesitaba ese dinero.

—Supuse que así fuera. Sin embargo, creo que igual deberías decírselo por lo menos a Karl y a Dream que supongo que tampoco lo sabe.

El labio inferior de George tiembla al imaginar a esos dos mirándolo con odio al saber la verdad. Las lágrimas comienzan a correr por sus mejillas y Sapnap lo ve un poco incómodo.

—No llores, por favor —dice, cubriéndose los ojos para no verlo—. No sé consolar a las personas.

—No se los voy a decir.

—Tienes que hacerlo. Robar no está bien, ni siquiera por necesidad. Y te juro que van a odiarte más por mentirles que por admitir que has robado.

—¡Ellos no deben saberlo!

—Si no se los dices tú, se los diré yo.

—¡No, por favor, no! ¡Déjame en paz! —George solloza y se tira al piso.

—No grites. Van a oírte si sigues así. Te prometo que no se lo tomarán tan mal.

—¡No puedo hacerlo!

En ese momento alguien abre la puerta a la fuerza sorprendiendo a los otros dos individuos. Karl aparece asustado y primero ve a George llorando en el suelo y luego a Sapnap sentado en el escritorio con el ceño fruncido.

—¿¡Cómo te atreves!? —Karl se lanza sobre Sapnap y lo agarra de los cabellos— ¡Eres un enfermo! ¡Tienes la cabeza podrida!

—¡Basta, Karl! ¡No le he hecho nada!

—¡Eres un violador!

—¡No le hice nada, Karl! ¡George, ayúdame!

—¡Karl, déjalo! ¡Él no me hizo nada!

Karl se detiene y se sorprende al ver sus manos con unas manchas rojas.

—Mierda —murmura—. Te llevo a enfermería.

—Estoy bien. Voy a ir solo.

—Tu cabeza está sangrando, Sapnap.

—Es tinta roja de lapicero. No te preocupes. No tienes tanta fuerza para romperme la cabeza. Mejor quédate y habla con George. Creo que te quiere decir algo.

Karl voltea a ver a George y se sienta junto a él en el piso.

—¿Por qué lloras? —Karl lo toma de la barbilla y lo obliga a levantar su rostro para poder secar sus lágrimas—. ¿Ha pasado algo con Dream?

Niega con la cabeza lentamente y una pequeña lágrima se le vuelve a escapar.

—Karl... ¿somos amigos?

—Claro que somos amigos. A menos que ya no quieras.

—¿Y seguiríamos siendo amigos aún si hiciera algo malo?

—Bueno... creo que depende qué hiciste.

—¿Y si he robado?

Karl se queda callado y continúa secando sus lágrimas. Sigue así por unos minutos.

—Karl...

—¿Por qué George? ¿Por qué sigues actuando solo si sabes que me tienes a mí? Me hubieras pedido el dinero si lo necesitabas y te lo hubiera prestado.

—No quería parecer un interesado. Siempre estás ahí apoyándome y yo nunca hago nada por ti. No quería pedirte tantas cosas.

—Puedes pedirme la luna y haré lo posible para traértela, George. Los amigos se ayudan, se apoyan, no se les oculta cosas. ¿Lo entiendes?

—Sí, lo entiendo.

—Gracias por contarme. Agradezco tu confianza. Ahora necesito que nos ayudes a recolectar el dinero.

—Creo que se los puedo devolver. Solo he gastado una pequeña parte.

—No sabes cuánto me alegra escuchar eso. Igual si necesitas en cualquier momento algo de dinero, no dudes en pedírmelo.

—Gracias.

—¿Dream ya lo sabe?

—No se lo he dicho aún.

—Habla con él. Estoy seguro que también se lo tomará bien.

Sweet Home [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora