Sweet Home [Dreamnotfound]

10

Aprovechando que George dormía Dream fue con su hermana mayor que estaba con Drista viendo la televisión en la sala.

—Uhm... Sarah, ¿podemos hablar?

La joven ve a su hermana más pequeña y le susurra algo a su oído antes de ir con Dream.

—Dime. ¿Qué pasa?

—¿Qué te dijo George?

—No creo que tenga el permiso para decírtelo, pero si él te dice que lo acompañes a un lado o que irá a un lado solo, acompáñalo. No importa si se niega varias veces en que lo acompañes. Ve con él sin hacerle preguntas.

—¿Por qué?

—Si él quiere decírtelo te lo dirá. Se paciente con él. Se nota que ha sufrido bastante y probablemente demore mucho tiempo en confiarte sus inquietudes o sus traumas. Estoy aquí para lo que necesiten, ¿sí?

—Sí, gracias, Sarah.

Dream regresa a su habitación y se sienta al borde de su cama, mientras observa a George dormir tan tranquilo.

Pasa las yemas de sus dedos sobre sus cabellos para quitarlos de su frente cuando de repente George despierta asustado.

—Lo siento. No quería despertarte.

—No hagas eso de nuevo —murmura sin mirarlo a los ojos.

—¿Estás bien?

Asiente antes de recostar su cabeza nuevamente sobre la almohada y cerrar sus ojos.

—Dream.

—Dime.

—Mañana iré a mi casa después de clases.

—Te acompaño.

—No, iré solo.

—Quiero ir contigo.

—Estaré bien. No te preocupes. Solo vive mi madre ahí.

—Igual iré contigo.

—No es necesario.

—Si te dejo ir solo no irás a la iglesia, ¿verdad?

—Te prometo que iré a mi casa.

—Bien.

—Gracias, Dream.

...

A la mañana siguiente van a la escuela juntos. George se queda parado en la puerta principal, pero Dream se da cuenta antes de ingresar.

—¿Qué pasa?

—Entra tu primero. No quiero que se burlen de ti por estar conmigo.

—No me importa si se burlan de mí. Vamos a entrar juntos.

—¿Estás seguro?

—Lo estoy. Voy a tomar tu mano. No me sueltes, por favor.

Dream toma su mano y entrelaza sus dedos con los del más bajo. Tiene las manos suaves y a comparación de las suyas, las de George se ven pequeñas.

Entran a la escuela a pesar de las miradas de asco. Dream intenta ignorar los comentarios que le lanzan, pero George no parece tener la misma resistencia que él.

No deja de mirar a todos lados aterrados, mientras escucha voces a su alrededor llamarlos con distintos insultos.

—¡Dejen de ser tan maricones!