Sweet Home [Dreamnotfound]

36

Ha pasado un mes desde que no ve a su madre ni tampoco ha tenido ningún tipo de contacto con ella en ese tiempo.

Había estado en casa de Dream, yendo dos veces por semana a sus citas con su psicóloga y sus días libres salía con Dream y algunas otras veces con sus demás amigos.

Era hermoso saber que su amistad había ido más allá de ser un compañero de clase. Era hermoso escucharlos hablar de sus planes futuros, del lugar al que se iban a mudar o a la universidad que estaban postulando. Algunos se irían al extranjero al finalizar el verano, otros solo a otra ciudad, Dream le había dicho que se quedaría y George pensaba tomarse un año sabático para pensar en lo que quería hacer con su vida, porque si había aprendido algo, es que cada uno iba a su ritmo.

Aquel día recibió una llamada por parte de Wilbur. Había sabido muy poco de él desde el juicio, pero al menos se sentía tranquilo de que siguiera con vida.

—¿Hola?

—Hola, George. Perdón por no hablar contigo todo este tiempo. Han sido días un poco difíciles, pero te sorprendería saber que casualmente conocí a tu madre. Supe que era ella al instante cuando me habló de ti.

—¿Estás seguro que fue mi madre? Ella ahora está en rehabilitación.

—Lo sé.

George se queda con la boca ligeramente abierta al entender.

—Volví a recaer esta última semana. Por un tiempo creí que ya estaba superando todo, pero volví a sentirme vacío, como si no perteneciera a este lugar y solo buscaba sentir algo. George, yo de verdad espero que nunca llegues al lugar donde estoy. No te conozco mucho, pero en todo este tiempo me has demostrado que eres alguien de admirar. Te prometo que lo he pensado por mucho tiempo, pero esta vida nunca fue para mí.

—Wilbur —murmura, sintiendo sus ojos arder por retener las lágrimas—, por favor no... Estarás mejor. Todos estaremos mejor.

—Yo nunca estaré mejor y aunque lo esté, ¿de qué me servirá? No tengo a nadie que me espere allí afuera. Tú tienes a tu madre y a tus amigos, yo no tengo a nadie.

—Me tienes a mí.

—Somos desconocidos que sufrieron la misma desgracia.

—¿Entonces por qué me llamaste?

—Porque sé que al menos a ti te importo un poco. Adiós, George.

La llamada se cuelga y es la última vez que escucha su voz. Al día siguiente recibe la noticia que Wilbur se había quitado la vida. Aunque se lo esperaba, eso no hace que duela menos. Wilbur lo había dicho, solo eran desconocidos, pero le dolía tanto porque tal vez era la persona más parecida a él. Habían vivido el mismo infierno y ambos habían encontrado distintas formas de acabar con su dolor, lastimosamente Wilbur escogió la más fuerte.

Aquel día no hace más que llorar. Nunca había llorado por tanto tiempo y eso que había llorado mucho toda su vida. Dream todo el tiempo no deja de abrazarlo. Y tal vez es afortunado, porque si él hubiera decidido acabar con su vida, Wilbur no tendría un hombro donde llorar.

Dream le canta una suave canción en su oído para calmarlo. Se siente tan reconfortante para su alma rota.

—Honey, it's alright.

Es como una suave caricia que cura su ser. Unas simples palabras que lo hacen sentir que no estaba solo en esto. Era la esperanza entre la muerte; lo afortunado en la miseria de otro.

Al día siguiente asisten a su funeral. Es algo sencillo que pudo cubrir el tío de Wilbur. Lo sorprendente es que han ido más personas de las que creía. Está su tío, la familia de Karl, la familia de Dream y George, pero luego se unen más personas que no conoce, son compañeros suyos que también estaban en rehabilitación y lograron continuar con sus vidas, compañeros de la escuela, amigos de la infancia que probablemente no sabían nada de él desde hace varios años, algún que otro excompañero de trabajo.

Es sorprendente la cantidad de personas que hay. Sin embargo, es incluso más sorprendente que Wilbur los tuviera a todo ellos, pero que no fuera suficiente para no sentirse solo en el mundo.

Tal vez tenía razón. La vida no es para todos, y Wilbur no merecía haber nacido una vida moribunda.

...

Un capítulo corto, porque el siguiente es el final :)