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Cuando George volvió a casa de Dream la cena ya había acabado. Cada quien estaba en su recámara y Patches dormía tranquilamente en uno de los sofás de la sala.

—Me alegra que hayas vuelto. Todos estábamos preocupados por ti —susurraba Dream, mientras lo abrazaba dulcemente.

—Todo estuvo bien. No cené con ella, pero pude hablarle de mí y todo lo que me ha pasado estos años. Creo que ella me quiere. ¿Sabes? Estoy feliz de que todo esté mejorando. Gracias, Dream.

—No tienes porqué agradecerme. Si todo está mejorando es porque tú quieres que así sea. Hay personas que te amamos y estaremos a tu lado en todo momento. ¿Quieres ir a la cama? Debes estar exhausto.

—Vamos. He extrañado un poco tu habitación o tu casa en general. La de Karl es cómoda, pero su madre es un poco rara.

—Ahora podrá llevar a Sapnap a su casa.

—Eso nunca va a pasar. Él lo aborrece con su alma.

—Creo que ya pasó —Dream se ríe y le muestra el chat con Sapnap abierto donde en el último mensaje Sapnap le dice que Karl lo invitó a su casa—. Tal vez se estén empezando a llevar bien.

—La labia de Sapnap debe ser impresionante o sino no me lo explico.

—Es todo un Don Juan.

Dream se sigue riendo por la cara de confusión de George que trata de entender cómo es que Karl ha aceptado a Sapnap tan rápido.

—No le des tantas vuelta. Karl sabe lo que hace.

—Se enamora muy fácil. No quiero que Sapnap le rompa el corazón.

—No te preocupes. Yo le romperé los huesos a Sapnap si le rompe el corazón —Dream abre la puerta de su habitación y lo deja pasar—. Tú quédate tranquilo y descansa.

—¿No dormirás conmigo?

—Sí, solo iba a traer mi caja especial para pijamadas. No tardo.

George se sienta en la cama y luego deja caer su espalda sobre el colchón. Se siente tan cómodo. Las sábanas tienen el olor a Dream impregnado y se siente como estar en casa. En su hogar, dulce hogar.

Solo espera que todo mejore. Karl le había dicho que si todo salía a su favor, aquel infierno por fin acabaría y se haría justicia.

Sin embargo, aunque el sacerdote  terminara en la cárcel, nadie cambiaría su pasado y la huella lo seguiría llevando por siempre. Y él seguiría infectado.

...

—Hoy estuve checando los fondos que habíamos alcanzado en los frascos para la recolección de nuestro baile de graduación. Estamos muy cerca de llegar a la meta —le comentaba Hannah a Karl—. Ya quedan pocas semanas y muchos menos si no contamos las semanas de exámenes donde probablemente no podamos hacer ninguna actividad porque todos estarán ocupados estudiando. Así que tenemos las semanas justas para recolectar lo que falta.

—¡Hola! —los saluda George, llegando detrás de ellos.

—Despertaste feliz por lo que veo —dice Karl, mientras rodea sus hombros con su brazo—. Estuviste en casa de Dream ayer.

—Sí, creo que me quedaré allí por el momento. ¿Qué hay de ti con Sapnap? Un pajarito me contó que fue a tu casa.

—Te lo dijo Dream, ¿verdad? —Karl se cubre el rostro con su mano—. No pasó nada. Solo se quedó a dormir y estuvimos hablando hasta tarde.

—Por eso eran las ojeras —se burla Hannah—. Pensaba que odiabas a Sapnap.

—Es complicado. Me habla con palabras tan endulzantes que hacen que mi corazón se acelere, pero luego habla mal de George y todo su encanto desaparece.

—Karl, si de verdad te gusta Sapnap solo sal con él. A mí no me importa si habla mal de mí.

—No me puede gustar alguien que hable mal de mis amigos. Es un requisito mínimo. De todas formas, ¿qué hay entre Dream y tú? Te desapareciste en la exposición.

George se sonroja y se queda callado. Estaba tan emocionado por hablarles sobre su nueva relación que las palabras no salían de su boca.

—Estamos saliendo.

—¡Felicidades! —gritan Karl y Hannah al unísono.

—Estoy un poco nervioso por arruinarlo. Dream es demasiado lindo en todos los aspectos y espero que no se canse tan pronto de mí.

—Si él te eligió fue por algo. Solo sé tú mismo.

Los tres llegan al salón que utilizaban para el club de artes donde Sylvee y Callahan ya los estaban esperando.

Hannah les explica a todos sobre la última actividad del año para el club. Una obra libre que podía ir desde una escultura, una pintura o un simple boceto. Aquella obra sería intercambiada con alguien del club como un recordatorio.

George se levantó para supuestamente ir al baño, pero se dirigió al salón de la sección de Sylvee. Había escuchado hace un tiempo una conversación que tenían los delegados donde habían decidido guardar el frasco en un armario de la clase de Sylvee del que Karl tenía la llave.

La llave no había sido tan difícil de conseguir. De hecho, al ser tan cercano con Karl, había logrado sacar la llave de su bolsillo sin que este se percatara.

Entra sigilosamente al salón y abre el armario antes de que alguien lo vea. Toma todo el dinero que puede y lo guarda en sus bolsillos.

Ya no podía robarle a su madre, ya no era monaguillo como para que el padre Sebastian le pague y no quería pedirle dinero a Dream, ya que este podría pensar que era solo un interesado. Y la única forma que había encontrado para pagar sus medicamentos era robar el dinero del baile de graduación. Nadie se iba a dar cuenta por la falta de algunos dólares.

George sale del salón y justo cuando está por cerrar la puerta se encuentra con Sapnap observándolo fijamente. Lo había visto.

—Por favor, no digas nada.

Sapnap lo miró y par de segundos más y siguió su camino como si nada hubiera pasado.

Sweet Home [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora