Sweet Home [Dreamnotfound]

32

Quedaban tan solo horas para la fiesta y George no tenía nada que ponerse. Su ropa era demasiado escasa y nunca había tenido la necesidad de comprar algo formal. Por si fuera poco, estaba solo en casa, ya que su madre había ido a su sesión con su terapeuta. Tal vez le debería decir a Dream que no podría ir.

Decide llamarlo, sintiendo todo su cuerpo temblando por el miedo de que Dream se enoje por cancelarle.

—Hola, George. ¿Todo bien?

—Creo que no podré ir a la fiesta, porque no tengo qué ponerme, ¡pero puedes ir solo si quieres!

—No te preocupes. Ven a mi casa. Seguro te queda la ropa de mi hermano.

—Dream, no tienes que hacer esto...

—Ven a mi casa, George.

—Ya voy.

George camina lo más deprisa hasta llegar a casa de Dream. Este lo recibe al instante y lo lleva hasta la habitación de su hermano menor.

—¡Oye! ¿¡Acaso no te han enseñado a tocar la puerta!? —le grita su hermano— ¿¡Y si me la estaba jalando!?

—Eres un dramático. Solo deja la paja y ya. Le voy a prestar tu ropa a George.

—¿Por qué no le prestas la tuya?

—Porque le va a quedar grande y ustedes son casi del porte.

Dream abre el ropero y saca una camisa, unos pantalones, unos zapatos y una corbata a juego para luego entregárselo a George.

—Ahora sí podrás ir a la fiesta.

—Gracias. A tu hermano no le molesta, ¿verdad?

—No creo. Si quieres puedes usar la ducha o cualquier cosa que necesites. Me voy a cambiar en el baño de al lado. Avísame cuando estés listo.

George asiente con la cabeza y se va al baño para vestirse. Por suerte la ropa del hermano de Dream le quedaba bien. Se miró al espejo y se sonrió a sí mismo. Pasó sus dedos por su cabello para peinarse y tomó la loción de Dream para echarla en su cuello. Solo faltaba un detalle, la corbata. Nunca había aprendido a atarla, pero tal vez Dream podría ayudarle. Salió del baño y buscó a Dream por la casa hasta chocar con su padre.

—Disculpe, ¿ha visto a Dream?

—Me parece que sigue en el baño. ¿Necesitas algo?

—Eh... —George le muestra la corbata y el hombre parece comprender.

—Déjame ayudarte.

George le entrega la corbata y deja que el padre de Dream la ate perfectamente alrededor de su cuello. Dream era tan afortunado de tener a un padre tan atento. Él hubiera deseado un padre así.

—Listo para divertirte en la fiesta.

—Gracias.

En ese momento sale Dream del baño ya vestido, pero con el cabello un poco húmedo.

—Hueles bien —le dice Dream.

—Huelo a ti.

—Eso explica porque se me hacía familiar ese olor. Llamaré a Sapnap para que venga a buscarnos.

Ambos se quedan esperando fuera de la casa de Dream hasta que llegan Karl y Sapnap en el auto.

—¿Van a subir o se quedarán ahí toda la noche? —les grita Sapnap.

Dream se apresura en abrirle la puerta a George. Un gesto tan pequeño que agitaba de forma tan enorme el corazón de George.

Después fueron a casa de Callahan donde esperaron unos minutos hasta que saliera junto a su pareja para la fiesta.