Sweet Home [Dreamnotfound]

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El inicio de las vacaciones para casi todos era la mejor época del año. Podían salir con sus amigos, jugar todo el día y hacer lo que les plazca. Para George, significaba una época aburrida. Sus días eran tratar de mantener limpia la casa, hacer la comida, ir a sus sesiones con su psicóloga si es que le tocaba y hablar con Dream por mensaje, aunque unas pocas veces iba a casa de Karl para ver cómo avanzaban las investigaciones del caso.

A veces Dream lo invitaba a quedarse en su casa, ya que le había contado que se sentía solo, pero no podía dejar a su madre sola. No quería regresar y encontrarla tan drogada que ni pudiera reconocer a su propio hijo.

George intentaba todo lo posible por mantener a su madre sobria. La necesitaba sobria para el juicio y no podía dejar que recaiga. Si quería entenderla, debía hablar con alguien que haya vivido su misma situación y él conocía a una.

Wilbur

Hola. Soy George, el de la denuncia
Lo siento por gritarte la otra vez, pero necesito tu ayuda

No te preocupes. Yo debería ser quien se disculpe. Nunca podré perdonarme lo que te hice
¿En qué necesitas ayuda?

Karl me había hablado un poco de ti. Dijo que sufrías de adicciones, pero que habías estado en rehabilitación y que ahora estás bien

Ah, eso

A mi mamá le cuesta estar sobria. Debo estar vigilándola todo el día. Se supone que va a sus sesiones con su terapeuta dos veces por semana, pero yo la miro igual e incluso peor. Quiero ayudarla, pero no logro entenderla

Tal vez necesita más que solo un terapeuta. Deberías llevarla con especialistas e incluso si ellos lo determinan podrían internarla, pero tampoco creas que ellos harán magia con ella y te la devolverán sana por siempre. Uno siempre recae y te lo dice alguien que ha recaído varias veces. Se necesita un gran autocontrol para salir de esto y muy pocas personas logran desarrollarlo

¿Entonces nunca mejorará?

Puede mejorar, pero no te sorprendas si algún día recae.
Si algún día quieres hablar más a profundo de esto podemos salir a charlar donde quieras. Estoy libre por el momento

¿Irás al juicio?

Si estoy en condiciones iré.
Espero que todo salga bien. Eres muy valiente, George. No todos se atreven ni tienen la oportunidad de denunciar a su abusador. Tienes suerte de encontrar a tan buenas personas en tu vida

Tú seguro que también tienes buenas personas a tu lado

Solo una, pero es mejor que nada.
George, sé que no nos conocemos mucho, pero quiero que me prometas una cosa. Valora la vida que tienes por más dura que haya sido, valora a las personas que tienes a tu lado, pero sobre todo valórate a ti. Eres increíble. Todo lo que haces es increíble.

Tú también deberías pensar lo mismo de ti

Para mí ya es tarde. Soy demasiado débil y estoy demasiado roto

Wilbur, tú no vas a...

Tal vez no hoy, pero quizá más pronto de lo que crea. No tengo nada que me aferre a este mundo. Me iré de aquí y solo seré un número más. No sientas pena por mí, lo hago por mi bien. Esta vida nunca fue para mí.
Nos vemos en el juicio, George. Prometo acompañarte hasta ahí

George se queda con el celular en la mano sin saber qué hacer, sin saber qué palabras usar para ayudarlo. ¿Pero qué podía hacer él por un completo desconocido que lo único que sabe es su nombre? ¿De verdad había algo que pudiera decirle para que se sintiera mejor?

Entonces los días pasan y se convierten en un ir y venir de casa de Karl a su casa y las sesiones con su psicóloga. Son días tan cansados que la última semana antes del juicio se ha quedado en casa de Karl.

Hasta que por fin llega el día del juicio. Todos están nerviosos, probablemente más George que todos. Dream se ha presentado en casa de Karl lo más pronto que pudo para corroborar que George estuviera bien. No duda en abrazarlo apenas lo ve.

—¿Cómo estás? —pregunta Dream sin soltarlo aún.

—Quiero llorar —admite con la voz quebradiza.

—Puedes llorar si quieres. Es mejor dejarlo ir ahora. Hoy va a ser un día importante.

George llora sobre el hombro de Dream. Está asustado a pesar de que tiene el juicio prácticamente a su favor.

—Hannah me envió tu regalo por ayudar en la fiesta, ya que nos fuimos pronto. ¿Quieres abrirlo?

George limpia sus lágrimas y asiente con la cabeza. Dream le alcanza la caja y deja que lo abra.

Era un pequeño llavero con la figura de un gatito.

—Este es el mío.

Dream le mostró su llavero que en vez de la figura de un gatito era un perrito.

—Tienen un imán dentro, por lo que si los acercas parece que se están abrazando —Dream acercó su llavero con el de George e inmediatamente se juntaron—. También todos te mandan buenos deseos con el juicio, incluso Sapnap.

...

Cuando llegan al tribunal George vuelve a ponerse nervioso, pero Dream no duda en tomarlo de la mano.

—Todo estará bien —susurra.

Cada quien va a su asiento. George queda aislado de casi todos. Solo tiene al padre de Karl a su lado. Trata de buscar a su madre con la mirada y no la ve por ningún lado.

Por unos segundos cruza miradas con el Padre Sebastian y se agarra fuerte de la silla para no salir corriendo, pero luego ve a Wilbur mirándolo con una cálida sonrisa y se siente más tranquilo.

—No está mi madre —le avisa al padre de Karl.

—No te preocupes. Debe estar en camino.

Pero George no puede dejar de preocuparse, porque ha pasado una semana sin ver a su madre y sabe que probablemente no esté en la capacidad de ir.