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Dream no era tonto y mucho menos ciego. Había escuchado las maldades que sucedían en la iglesia por personas tan "puras" como eran los sacerdotes. Sabía que muchos de ellos podrían ser doble cara y por ello es que nunca pudo sentirse conforme en lugares así.

—Deberías irte —le susurró George.

—Mi mami dijo que vendría a buscarme y no quiero desobedecerla otra vez —dijo con falsa inocencia.

El cuerpo de George se tensa en su sitio. Siente la fría mirada del padre sobre él. Si Dream no estuviera en su clase tal vez no le importaría tanto su presencia. Lo último que quería era que corrieran más rumores sobre él.

—Por favor, tienes que irte. Va a empezar la misa y debo hacer unas cosas. Si quieres puedes quedarte, pero ve a sentarte a otro lado.

—¿Y por qué no puedo sentarme aquí?

—Es una zona reservada para los chicos del coro.

—Puede que te hayas olvidado, pero soy un chico del coro.

—Te falta práctica.

—George —lo llamó el sacerdote y George cambió toda su atención a él.

—¿Sí, padre?

—Ve a cambiarte.

Dream se quedó en la misma banca, a pesar de que George le había insistido en que se fuera a sentar a otra.

Las personas empezaron a llegar al igual que un pequeño grupo de los del coro que fuero rápidamente a su zona reservada. Dream miraba hacia todos lados buscando a su madre. ¿Acaso aquella mujer se había atrevido a abandonarlo?

La misa empieza y no puede evitar seguir a George con su mirada. Viste una pulcra túnica blanca perfectamente planchada, ya que no contiene arruga alguna. Alrededor suyo puede ver un resplandor divino que puede diferenciar si es real o simplemente parte de su imaginación. George se veía como un ser puro e inocente cual ángel. Su presencia era de otro mundo; el Dorian Gray de la época contemporánea, porque parecía conservar su eterna juventud.

La perspectiva que tiene Dream en él no puede ser más diferente a la realidad. Su ser no tenía ni una pizca de pureza ni inocencia, estaba completamente sucio por manos y actos ajenos. Su cuerpo había sido castigado tantas veces como si en su anterior vida hubiera cometido la peor atrocidad.

Los pensamientos se ahogan en su cabeza en cada misa. ¿De verdad merecía ser tratado así?

No puede evitar sentirse ansioso por todas esas personas frente a él. Si tan solo ellos supieran la verdad. ¿Alguien podría leer sus señales de ayuda?

Mira a Dream por una fracción de segundos y aquello es suficiente para sentir sus mejillas ruborizarse. ¿Por qué lo miraba tanto?

La misa acaba y en cuanto va a buscar a Dream se da cuenta que no está.

De repente siente una mano sobre su hombro que puede reconocer mejor que la suya. Ni siquiera debe voltear para saber de quién se trata.

—Ya se ha ido —murmuró detrás suyo, demasiado cerca a su oído que pudo sentir su respiración—. ¿Vas a quedarte?

El joven respira hondo y asiente vagamente con la cabeza.

...

Cuando Dream regresó a clases se dio cuenta que habían dos grupos, los que lo felicitaban por su hazaña y los que lo veían con mala cara.

—Sinceramente, creí que iban a expulsarlo o mínimo suspenderte —le mencionó Sapnap.

—Hubiera preferido cualquiera de esas dos opciones antes de ser parte del coro se la iglesia.

Sweet Home [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora