Capitulo treinta y cinco.

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No importa que tan noble sea el palacio, que tan cara sea su decoración en incluso la estirpe qué vivían en el. Entre sus paredes siempre guardan secretos y quizás, uno de los más destacables, al menos en el palacio del inframundo, era lo que paso con Zeus el día de su ataque.

.......

Adan por primera vez en toda su vida sintió que su integridad pendía de un hilo, no precisamente por sentir miedo del padre del cosmos. Si no por que era humillante, no importaba como lo vieras. Esta situación, estaba enojado consigo mismo,por haber bajado la guarda en un momento tan importante.

Era la emperatriz viuda del bastó imperio Qin. Se suponía que su comportamiento debía ser impecable y precavido en todo momento, de pies a cabeza pero esta vez se descuido demasiado,lo que fue una oportunidad única para el dios. No importo cuantas incoherencias grito, pateó la puerta e incluso intento romper la ventana. No podía salir de esta maldita, gigantesca pero sofocante habitación.

Su atuendo. Normalmente pulcro y limpio estaba echo un total desastre por su carácter tan repentinamente desenfrenado. Quizás, cuando su expresión facial se volvió osca e incluso muy grotesca en su último intento estuvo apuntó de arrojar una silla a la puerta cuando de repente esta se abrió de forma precavida, dejando ver a un grupo de dos encapuchados.

Estuvo apuntó de arrojar esa silla al tener el leve pensamiento de que estos desconocidos eran sirvientes de Zeus. Pero si ira e incluso aterradora expresión cambio cuando los encapuchados dejaron ver su rostro.

Una joven de belleza mística y algo tenebrosa. Ojos claros, grandes, piel blanca como un fantasma,cabello amarañado y más negro que la noche. Era su hija Lorraine Warren, junto con Poseidon falso.

- H-hijos míos... - murmuró el rubio dejando caer el sillón de repente mientras se acercaba a ellos con precaución. - ¿Que haces aquí?

- Padre no te preocupes, sabemos lo que esta pasando, Justia nos envió. - dijo Poseidon falso mientras se quitaba su propia capa y con ella cubría el primer hombre.

- No tenemos mucho tiempo, así que será mejor sacarte de aquí. - dijo Lorraine mientras tomaba el aspecto de Beelzebub y se asomaba un poco al exterior por la ventana del lugar. - Voy a maldecir la habitación, así que recomiendo que ninguno de los humanos vuelva a entrar a este lugar . - dijo mientras de sus ropas sacaba un enorme libro de cubierta negra y símbolos extraños. - Por su propio bien... -

El tirano del océano falso retrocedió un poco mientras sostenía a Adan de los hombros y le dio espacio a la mujer para hacer su trabajo. De repente empezó a recitar un par de palabras en latín y las luces del lugar empezaron a parpadear, estaba usando magia negra. ¿Con que objetivo?. El primer hombre no lo sabía con exactitud,hasta que del piso irradio una estrella de seis picos y de la misma una especie de seres, con aspecto grotesco pero algo humano surgió con ella. Como si fueran alguna especie de alma o fantasma.

Quizás sus aspectos eran tétricos, pero Lorraine se acercó a ellos con total tranquilidad a hablar con uno,dandole indicaciones precisas, como si tuviera total control.

Pero en eso entraron los dos sirvientes qué lo habían encerrado aquí, Adan los reconoció de inmediato, por lo que forma precipitada. Tomo a él dios falso del antebrazo mientras retrocedía.

Dicha acción no fue pasada por alto así que en el shock de la situación, la mujer hizo uso de su magia para obligar a los sirvientes entrar aun más, cerrando las puerta tras de ellos en un movimiento tan rápido que no les dio tiempo de asimilar todo.

"Posesión" || Shuumatsu No valkyrie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora