▶️ Summer Child [34]

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Deja a Chan en lo suyo, ya le vendrá el karma (aunque aquí entre nosotros, admito que si no fuera por varias cosas que hizo, no hubiera avanzado por mi cuenta).

Detalles.

Corrí todo lo que pude. Menos mal me puse mis zapatillas al salir al jardín, o si no habría tenido que correr con pantuflas, y no es que me diera vergüenza (bueno, quizá un poco), es que no hubiera podido correr tan veloz. No sé cuántos minutos pasaron, pero felizmente no tuve que ir hasta su casa para encontrarlo, ya que estaba a mitad de la calle mostrándole la pantalla de su celular a una señora que, al parecer, había estado paseando a su Rottweiler.

— ¡¡Changbin!! — grité con todas mis fuerzas mientras me acercaba a él con mis brazos extendidos. — ¡¡Espero que no le estés mostrando una foto mía!! ¡¡Estoy aquí bien vivo!!

— ¡¡Kim Seungmin!! — exclamó él con una enorme sonrisa, metió su celular en el bolsillo de su jean y fue corriendo en mi encuentro. — ¡¡No puede ser, estás bien!!

Apenas nos alcanzamos, me lancé a sus brazos y nos dimos el abrazo más cálido y profundo que hace mucho no nos dábamos. Recuerdo que la última vez fue cuando nos reconciliamos tras nuestra primera pelea, que fue cuando teníamos ocho años. Por alguna razón los recuerdos de mi vida junto a él llenaron mis ojos de lágrimas. Era una de las personas más especiales que tenía, siempre me había sentido tan afortunado por tenerlo como mi mejor amigo, lo admiraba tanto y lo amaba tanto, pero aun así decidí no ser sincero con él y hablar de las cosas que eran importantes para mí. Actué tan mal y me dejé llevar por el miedo antes de ponerme a pensar que era Changbin a quien le estaba mintiendo, esa persona que siempre estuvo ahí para mí, que me abrazó mientras lloraba porque se me había caído mi primer diente de leche, el que me enseñó a andar en bici y me acompañaba hasta los escritorios de los profesores cuando me habían puesto una calificación errada. Mi vida no sería la misma sin él, incluso no me habría atrevido a hablarle a Hyunjin si no fuera por él.

— Perdóname — le dije entre lágrimas. — Eres el mejor amigo que una persona puede tener. No quiero perderte, Binnie. Quiero mantenerte a mi lado durante toda mi vida.

— Ow, Seungmin...

Pero no dijo una palabra más en cuanto escuchamos el gruñido de un perro a nuestro lado. Rompimos nuestro abrazo poco a poco, ambos mirando en dirección a la señora que sujetaba la correa con todas sus fuerzas para llevar a su Rottweiler en el camino opuesto.

— ¡¡Pastelito, no!! ¡¡Las personas no son comida!!

¿Qué había dicho?

Ni siquiera me tomé el tiempo de pensar en ello cuando la puta correa se rompió y Pastelito empezó su persecución.

— ¡¡La puta madre!! ¡¡Corre, Seungmin-ah!!

— ¡¡¡AAAAAAAAAAH!!!

— ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!!!

Gritamos como cabras mientras corríamos como si no hubiera un mañana. Grité todo lo que siempre quise gritar todas estas semanas llenas de impotencia, ansiedad y adolescencia. De repente sentí que Changbin tomó mi mano y tomamos un callejón por el lado izquierdo. Pastelito seguía ladrando endemoniado, y su dueña corría todo lo que podía con la cara pálida. Ya me estaba ardiendo la garganta cuando vimos una cerca de madera blanca y una piscina en aquel patio trasero. No tengo idea de cómo la escalamos tan rápido; supongo que fue la adrenalina, porque atléticos no somos. Yo nunca salgo de mi casa y Changbin tiene pulmones de fumador, además, solemos comer mucha comida chatarra por excelencia.

Ya sabes, a esta edad la salud del interior de nuestro cuerpo no es prioridad. Si nos vemos bien por fuera, todo está bien.

Saltamos a la piscina como un par de ballenas (fue un impulso), y cuando salimos a la superficie con el corazón bombeando a todo vapor y la respiración agitada como si hubiéramos dado una vuelta al mundo, vimos que Pastelito no podía saltar la cerca, en eso llegó su dueña y se lo llevó de la oreja mientras lo regañaba severamente.

Love Headphones | HYUNMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora