Enamorado

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Presente

Luis no se había enamorado muchas veces en su vida. No era una persona fácil en esos aspectos. Solo dos personas le hicieron saber lo que se siente estar enamorado.

La primera, hace muchos años. Era de su instituto y se hicieron demasiado cercanos. Tanto que cuando menos se lo esperaron, se conviertieron en alguien necesario en la vida del otro.

Pero dejaron de hablarse cuando cada uno eligió su camino para su futuro. A Luis le costó olvidarse de ella. Le hizo sentir lo que nunca había sentido. Y fue complicado para él.

La segunda, hace 5 años. La única persona que le hizo ser transparente, la única persona a la que le contó sus problemas y la única que le mejoraba el día con estar a su lado.

Aitana se ganó un hueco en el corazón de Luis desde que llegó a su vida. Y sabía que nunca iba a sacarla de su cabeza.

Pasaban los años y no la olvidaba. Se había enamorado muchísimo de ella.
Ni tras haber estado más de 4 años sin verla se olvidó de ella. Porque la seguía escuchando en todos lados.

Por eso cuando se enteró de lo del accidente no dudó ni un segundo en ir a su lado. No sabía si iban a ser los últimos días de la catalana y tenía claro que no iba a arriesgarse a no despedirse de ella.
Y desde que volvió a ver sus ojos y su sonrisa se dio cuenta de que por mucho tiempo que pasara, nunca iba a conseguir olvidarla.

Siempre iba a sentir la necesidad de tenerla entre sus brazos y no soltarla para evitar que nada malo le pasara.

Siempre iba a cuidarla y protegerla de todo como si fuera su hermana pequeña aunque realmente no le quisiera de esa forma.

Se había enamorado el doble desde que la volvió a ver. Aún habiendo estado 7 meses en coma para él era la mujer más perfecta del universo.

Por eso desde que Aitana le ofreció dormir con ella en la cama del hospital, el gallego se dedicaba a admirar su belleza mientras ella seguía dormida.

Hoy no iba a ser diferente. Luis se despertó y ver a la catalana abrazada a él con la boca entre abierta y sus manos agarrando fuerte su camiseta le alegró el día entero.

Se levantó de la cama apartándola con cuidado de su lado y le dio un beso en la frente cuando salió de la cama.

Justo un minuto después apareció un médico trayendo el desayuno y avisando a Luis que ya mismo tenían que despertarla.

El gallego se prestó a hacerlo y le acarició la mejilla haciendo que Aitana se moviera y abriera los ojos lentamente frotándoselos.

Luis sonrió al ver de nuevo sus ojos y recién abiertos, un poco rojos debido a la pesadilla que le hizo llorar esa misma noche.

- Buenos días peque

Ahora fue ella quién sonrió hacia el apodo con el que se había dirigido a ella. Nunca le han gustado los apodos pero a él le dejaba usarlos.

- Buenos días

-¿Como has dormido?

- bien ¿Y tu?

- muy bien también. Toma,te han traído el desayuno.

Le acercó el desayuno y Aitana empezó a beberse el zumo de naranja al que se había vuelto adicta desde que estaba en el hospital.

Después entró el médico al lado de sus padres para informarles de una noticia que tenía que dar.

- bueno, primero de todo ¿Como has dormido Aitana?

por tí estaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora