La habitación estaba en completo silencio. Solo se escuchaban las gotas de la lluvia golpeando el cristal de la ventana provocando un sonido muy agradable para la pareja.
Se acababan de despertar, pero ninguno tenía ganas de moverse de ahí. Se quedarían todo el día ahí mirando la lluvia mientras se quedaban abrazados.
Aitana tenía su cabeza apoyada en el pecho del gallego mientras este le acariciaba el pelo suavemente.
- me encanta este clima
La catalana rompió el silencio con esa confesión. Siempre le había gustado. Se quedaría horas viendo como la lluvia cae al suelo y golpea las paredes y los cristales.
- a mí también. Es bastante romántico
Aitana sonrió y miró a su chico con brillo en los ojos. Para ella cualquier momento que pasaba con él le resultaba romántico.
Al sentir su mirada, Luis bajó la cabeza para verla con una sonrisa que le derritió el corazón completamente.
Aitana volvió a bajar su cabeza y empezó a dejar besos por el torso descubierto de luis. Le parecía el momento perfecto para que la habitación se incendiara.
-¿Que haces Aiti?
La catalana lo miró con cara de niña buena, con una chispa traviesa en sus ojos, haciéndole saber a Luis sus intenciones
- ya sabes lo que quiero
- están tus padres en casa
- alguien con una mente maravillosa creo el genial invento del pestillo. Mi puerta sorprendentemente tiene un pestillo. Sería una pena que no le diéramos uso
A problemas, soluciones, era el lema de la catalana en el día de hoy. No iba a permitir quedarse con las ganas
Aún así, Luis seguía preocupado por el golpe que se había dado hace una hora en su costilla y le daba miedo hacerle daño
- ¿No recuerdas lo que te ha pasado hace un rato?
Aitana paró de darle besos y volvió a mirarle, esta vez más seria
- Luis, estoy bien. No me duele. Ha sido solo un susto. Deja de buscar escusas por favor
- no busco escusas cariño, es que no quiero hacerte daño. Sabes muy bien que mi prioridad es tu salud
- y agradezco tu preocupación de verdad, pero estoy bien. Si no lo estuviera no te lo pediría
El gallego suspiró. Le apetecía tanto sentirla de nuevo y verla otra vez como dios la trajo al mundo, pero sabía que ahora era más importante su salud
- si te duele me lo dices y paro.
La catalana sonrió satisfecha y le aseguró que lo avisaría si algo fuera mal en su estado físico
- te lo diré, te lo juro.
Dicho esto, el gallego dejó de lado sus preocupaciones y se acercó a la puerta para echar el pestillo.
Regresó a la cama bajo la atenta mirada de Aitana, que irradiaba intensidad y pasión, deseando sentirse dentro de su novio
Una vez dentro, la besó quitándole la camiseta dejandola con sus pechos cubiertos solo por un sujetador
Empezó a dejarle besos por todos lados, poniéndola aún más nerviosa. Bajó a su zona, quitándole la única parte que la cubría y introduciendo un dedo haciendo que Aitana tuviera que agarrarse a las sábanas para no gritar de placer

ESTÁS LEYENDO
por tí estaré
AcakPor tí estaré, eso le dijo la última vez que la vio Y lo cumplió, porque volvió a aparecer en su vida cuando más lo necesitaba