Refugio

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No había pasado ni media hora desde que Luis se fue de casa de la catalana, pero se sentía fatal de haberse ido así de allí.

Era la primera vez que discutían desde que volvieron y no recordaba lo doloroso que era alejarse de ella.

Luis entendía perfectamente a su novia. Era complicado volver a la normalidad después de todo lo que había pasado en su vida. Y ahora el psicólogo le hacía soltarlo todo, haciendo que la ansiedad y el agobio aumentaran.

Cuando llegó a su casa se metió en la ducha, intentando calmarse un poco. A él tampoco le gustaba dejarla sola, pero si era lo que necesitaba en ese momento, tenía que aceptarlo.

Salió de la ducha y se dirigió a su terraza con la guitarra, tratando de usar esta situación para inspirarse.

Minutos después, el móvil le sonó apareciendo el nombre de Cosme en la pantalla, y el miedo se apoderó de él pensando que le había pasado algo a su chica.

Descolgó la llamada con un nudo en el estómago que se deshizo al escuchar la voz tranquila de su suegro

- hola Luis, espero no estar molestándote

- Que va no te preocupes. Dime ¿ha pasado algo con Aitana?

- si. Osea nada grave de verdad

Tuvo que corregir sus palabras al darse cuenta de que quizás lo que había dicho confundiría al gallego.

- solo que se ha despertado un poco nerviosa y me ha pedido que te llame para que vayas a casa. Si no puedes no pasa nada

- claro que puedo. En 5 o 10 minutos estoy allí. Pero está bien ¿no?

- si sí, bueno ha tenido un ataque de ansiedad pero está todo controlado.

No era nada raro escuchar que la catalana había vuelto a tener un ataque de ansiedad. Desde que llegó del hospital es la ansiedad la que la controla a ella.

Se puso una camiseta rápidamente y salió de su casa en dirección a su segunda casa, junto a una de las personas más importantes de su vida.

Cuando llegó llamó a la puerta con las manos temblorosas. No sabía el por qué, pero estaba muy nervioso

Fue Belén la que abrió la puerta con una sonrisa que tranquilizó un poco al gallego.

Belén quería hablar con él ahora que sabía lo que tenía con su hija. Así que antes de que Luis subiera a ver a su Chica, los brazos de Belén lo pararon.

- Aitana me lo ha contado

Al principio no sabía a lo que se refería, pero rápidamente cayó en que Aitana le había contado a su madre lo que tenían.

No le molestaba,pero se puso más nervioso e intrigado por saber la opinión de su ahora suegra

- ¿Y que opinas?

- mi opinión no importa en vuestra relación. Sois vosotros los que tenéis que sentiros bien. Y se perfectamente que mientras tú estés aquí a Aitana no le va a faltar cariño. Siempre has estado Luis, siempre. ¿Cómo no nos podría gustar que el ángel de la guarda de nuestra hija esté con ella?

Luis sintió un alivio inmenso al escuchar las palabras de Belén. Le tenía mucho aprecio y saber que podía contar con ella era algo muy positivo

- quiero mucho a tu hija Belén. Siempre la he querido y siempre la voy a querer. De eso no tenéis que preocuparos, que la voy a querer como se merece

- eso quería escuchar

La catalana sonrió a su yerno de forma sincera y fue con él a la habitación de Aitana, quién se encontraba dormida aún.

Luis se acercó lentamente y se agachó a su lado. Se fijó en su costilla recién curada y rápidamente se dio cuenta de que había pasado algo. Aunque decidió que fuera Aitana quién se lo contara, solo si ella quiere.

Belén salió de la habitación dejando sola a la pareja y Luis empezó a acariciarle la cara sin intenciones de despertarla, lo único que quería era admirar cada rasgo de su piel.

Pero la catalana conocía muy bien las manos del gallego y sabía que era él el que la estaba acariciando, así que abrió los ojos encontrándose con su sonrisa.

Cuando Luis vio los ojos rojos de Aitana supo que había llorado y que posiblemente había sido por su culpa.

Eso solo le hizo sentir más culpable.
Aitana se incorporó sentándose en la cama dispuesta a hablar con su novio y disculparse por las cosas que le había dicho.

- siento mucho echarte de mi habitación antes. No quería que te fueras. Estaba asustada y frustrada, y no sabía cómo manejarlo.

- No me pidas perdón. Entiendo que a veces las emociones pueden ser abrumadoras. Además, no estoy enfadado. Simplemente pensé que querías estar sola.

- Luis lo único que necesito es que estés conmigo. Eres el único que sabe como ayudarme.

Luis tomó su mano suavemente y le respondió con cariño.

- Estoy aquí para ti peque. Siempre, pase lo que pase. Te lo prometí una vez y llevaré esa promesa hasta la tumba si hace falta.

La catalana sonrió agradeciendo tener a una persona como Luis junto a ella. Le dio ese beso típico de reconciliaciones que siempre se daban después de una discusión y terminaron con el beso del gallego en su flequillo.

Después Aitana se volvió a tumbar dejando hueco en la cama para Luis, que se tumbó a su lado dejando que su novia lo abrazaba fuerte como siempre.

- Si en algún momento te digo que me dejes sola, por mucho que te ruege que te vayas, por mucho que te insista o que me enfade, nunca, nunca me hagas caso, quédate. No quiero estar sola, solo contigo.

El gallego le abrazó más fuerte dejando besos en su cabeza

- ya lo sé para la próxima vez.

- espero que no haya próxima vez

La habitación se llenó de silencio, pero era un silencio cómodo, donde solo se escuchaban sus respiraciones. En ese momento, no necesitaban palabras, su amor y apoyo mutuo eran más que suficientes para entenderse.

Los minutos pasaron. Aitana sentía el latido del corazón de Luis, y eso la calmaba. Sabía que no importaba como de intensas fueran las emociones o los momentos difíciles que enfrentaran, siempre podían encontrar refugio en el amor que compartían.

Aitana levantó la cabeza para mirar al gallego. Sus brazos eran su casa, su hogar. Con él se sentía así aunque estuviera a mil kilómetros de su casa.

- Eres mi hogar Luis. Siempre lo has sido.

Luis miró a esos ojos miel que tanto le gustaban y no pudo evitar besar esos labios que le gustaban el doble.

Estuvieron un rato así, dandose amor de la forma más bonita posible, demostrando que no hacía falta más, solo su cariño

Su amor era su refugio, su ancla en medio de la tormenta, y nada ni nadie podría separarlos.

//Aquí otro capítulo✨. Esto está llegando a su fin eh🥺. Espero que estéis disfrutando los últimos capítulos//


por tí estaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora