psicólogo

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Luis aparcó el coche justo en frente del psicólogo y su mirada se dirigió rápidamente a la catalana, que observaba el lugar mientras se comía las uñas. Estaba nerviosa, y el gallego decidió tranquilizarla.

- oye

Aitana lo miró fijamente, dejando de comerse las uñas en el momento en que se dio cuenta que lo estaba haciendo.

- si no quieres entrar, puedo cancelar la cita y nos vamos a casa. Sigue siendo tu decisión.

- No, no. Necesito hacerlo

Luis le sonrió y le dio la mano acercándose a ella y besándole, dándole apoyo de la mejor forma que sabía.

- vale, vamos.

Salieron del coche en dirección al edificio que tanto le imponía a la catalana. Al adentrarse se acercaron a la chica que estaba en la recepción.

- Buenos días ¿En qué puedo ayudarles?

- venimos por una cita con el doctor Escudero a las 12.

La chica miró en sus papeles el nombre de Luis cepeda justo cuando le dio ese dato y lo encontró rápidamente.

- perfecto, pasen a la sala de espera. En cuanto termine con su cliente les atenderá a ustedes.

- vale, gracias

- A ustedes

La Amable chica les sonrió alegremente y los dos se dirigieron a la sala de espera. Afortunadamente para Aitana no había nadie.

5 minutos después la chica se volvió a acercar, esta vez para llevarlos a la consulta de ese tal Escudero, que tan amigo era de Luis.

En el camino Luis decidió tranquilizar un poco a Aitana, que otra vez estaba comiéndose las uñas

- oye, no te preocupes. Estoy aquí contigo. Y es un buen tipo, lleva siendo mi amigo desde hace mucho, de verdad.

Aitana confiaba en el gallego incluso más que en ella misma, así que le enseñó una sonrisa y asintió suspirando.

Llegaron después de 10 segundos de pasillo y la chica los dejó allí después de llamar a la puerta.

Al escuchar un adelante por parte del que se encontraba tras la puerta, Luis abrió la puerta y entraron en la habitación

- hombre Luis ¿Que tal?

El hombre se acercó al gallego y le dio un fuerte abrazo. Hacía tiempo que no se veían. Desde que Luis salió de ot.

- pues aquí estamos. Que alegría verte tío


La mirada del chico se dirigió a la catalana. Sabía quién era. Había oído de ella por todas partes y había escuchado alguna que otra canción suya.

Y se acordó rápidamente del día que vio por la tele que había tenido un accidente. Así que con eso se dio cuenta de lo que hacían allí

- bueno, supongo que no os conocéis. Martín , esta es Aitana

- La conozco, claro. Un placer

- igualmente, Martín

Aitana sonrió de verdad. Ese tipo le daba confianza así que se le haría más fácil abrirse para contarle sus problemas

Era un chico de nos más de 30 años, alto con contextura delgada. Se veía fuerte y sano. Era rubio y tenía los ojos verdes.

En su mesa se podía ver un cuadro donde estaba él junto a una chica, más o menos de la edad del chico, y una niña, así que rápidamente Aitana lo relacionó con su familia.

por tí estaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora