El trayecto en coche fue de lo más tranquilo. El gallego se aseguró de que a Aitana le había ido bien y quería seguir yendo allí, llevándose la confirmación de la catalana.
Pusieron música en la radio y los dos se pusieron a cantar. A Luis le alegraba volver a escuchar a su pequeña cantar.
Le encantaba su voz. Bueno, le encantaba ella en sí. Pero cuando cantaba demostraba una madurez que hacía a Luis estar a sus pies.
Cuando llegaron a casa de Aitana divisaron a lo lejos a periodistas en la puerta, esperando a que la catalana saliera para pillarla y poder hablar con ella, independientemente de su estado de salud.
Cuando Aitana los vio empezó a alterarse, y Luis al verla así también se puso nervioso, hasta que se le ocurrió una idea
- ¿Que hacemos Luis?
- ¿Quieres ir a mi casa? Hasta que se vayan.
Aitana lo vio una buena idea, además, así podía estar más tiempo a solas con él. Pero tenía cosas en su casa que debía coger antes de irse a ningún lado.
- pero necesito entrar a coger un par de cosas que necesito
Luis decidió entrar, pero le daba miedo dejarla sola y que los periodistas la vieran y le molestaran. Aunque no tenía otra opción.
- voy yo. Intentaré tardar menos de 5 minutos, lo prometo
- vale
Aitana le dijo lo que tenía que coger, le dio las llaves de la casa y él se acercó a darle un beso antes de salir del coche como si un león le estuviera persiguiendo
Los periodistas rápidamente lo vieron y corrieron hacia el por si por suerte se encontraba Aitana con el, cosa que no pasó.
Aitana visualizó desde el coche a Luis entrando en la casa. Estaba nerviosa, y se estaba empezando a agobiar un poco.
Cuanto más tardaba más miedo pasaba. No recordaba que los periodistas les generase tanta presión.
Se estaba empezando a preocupar. Ya llevaba más de 5 minutos, o al menos para ella ya habían pasado como 30.
Notaba como la ansiedad corría por sus venas haciendo que volviera a jugar con el anillo de su mano. Siempre lo hacía.
Le estaba empezando a costar respirar cuando vio a Luis salir de su casa y correr rápidamente al coche.
Una vez dentro la catalana soltó todo el aire que llevaba dentro y se lanzó a besarlo, para demostrarle lo preocupada que estaba.
Luis le sonrió. Y después de decirle que lo había cogido todo y le había dado de comer a las perras, puso el coche en marcha en dirección a su casa, la que hacía tanto que Aitana no veía.
En un semáforo Luis aprovechó para analizar a aitana, que seguía un poco preocupada por la situación que ha vivido hace minutos.
- ¿Estás bien peque?
Aitana lo miró y sonrió para tranquilizarle.
- si, no te preocupes. Solo que me he agobiado un poco. Me tengo que volver a acostumbrar a eso
Ahora fue él quien le sonrió y le puso una mano en su muslo. La catalana sonrió ante este gesto y puso su mano encima de la de Luis, quién la agarró y la besó.
Cinco minutos después llegaron y después de que el gallego se asegurase de que no los han seguido, los dos salieron del coche adentrándose en su casa.
Hacía 5 años que aitana no entraba en ese edificio, pero seguía estando igual que antes. Con fotos nuevas, de nuevos amigos y nuevos descubrimientos en estos años que Luis había tenido el placer de conocer.
Seguía oliendo a él, seguía teniendo esa mini terraza con vistas al centro de Madrid. Terraza donde yacía aún un cenicero, indicando a Aitana que Luis no había dejado de fumar.
Registró cada parte de la casa con su mirada para ver si había algo nuevo. Paso a su habitación. Seguía teniendo su estantería con libros que lo inspiraban a componer. Su guitarra encima de la cama y el escritorio con papeles en medio.
Luis siempre había sido una persona muy ordenada, obsesionada con el orden y la limpieza de hecho, pero cuando se trataba de la música, trabajaba mejor en ese caótico desorden.
Cuando volvió al salón se sentó en el sofá comiéndose las uñas otra vez inconscientemente. Estaba claro que el agobio aún seguía en su cuerpo.
Luis lo notó, y se acercó a ella sentándose a su lado.
-¿que te parece si te das una ducha? Así alivias un poco el estrés. A mí al menos me funciona.
- Sería una buena idea si no necesitase ayuda para hacerlo.
- yo puedo ayudarte
Luis no sentía que verla desnuda fuera un impedimento para ayudarla a ducharse. Al fin y al cabo ya la había visto una vez, aunque la situación era completamente distinta.
- pero me vas a ver desnuda
- ¿Te da vergüenza? Pero si ya te he visto desnuda una vez
-¿y te recuerdo como acabó esa vez?
No hacía falta recordarle esa noche. Fue la mejor de su vida. Volverla a sentir y verla como dios la trajo al mundo era algo que nunca podría olvidar
- ¿Que pasa?¿No te gusta la idea?
- No, si a mí me encanta. Al que no veo tan de acuerdo con tu decisión es a Pedrito.
Pedrito, el bulto que se despertaba siempre cuando Luis estaba tan cerca de la catalana. Y Aitana apostaría mil euros a que se volvería a despertar esta vez.
- Bueno afortunadamente se más técnicas más allá del sexo para calmar a Pedrito si se despierta.Aitana se rió ante su comentario. En verdad se moría de ganas de provocar al gallego. Sobretodo porque él fue el que decidió que nada de sexo y quería que asumiera las consecuencias del gran error que cometió cuando dictó esa sentencia.
- Bueno, pues ve preparando la bañera Pedrito
Dicho esto, se dirigió a la habitación a esperar que Luis terminara de preparar la bañera. Una vez preparada, la llamó para que fuera al baño.
Le ayudó a quitarse la ropa. Primero la camiseta, dejándola en sujetador. Después los pantalones, dejándola con un tanga que no cubría mucho precisamente.
Dejó que fuera ella quien se quitara su ropa interior, y esperó a que entrara en la bañera, lógicamente sin mirar.
Cuando entró lo avisó, y el empezó a echarle agua por la cabeza con muchísimo cuidado. Quería que se desestresara, no tenía otras intenciones.Le empezó a enjabonar, solo por la parte visible que no cubría el agua, mientras que ella lo hacía por las demás partes.
Aitana estaba en el paraíso con los masajes que Luis le hacía para que su cuerpo dejase de estar tenso. Su tacto le encantaba, su forma de tocarla con tanta delicadeza le ponía a cien, y Luis eso lo sabía muy bien.
Cuando Luis había terminado dejó las cosas a un lado, y acercó la ropa a la catalana, que no tenía muchas intenciones de salir de la bañera.
- ¿Te quieres quedar un rato más?
- si te metes conmigo sí.
Uyy la niña quiere jugar eh? Jsjsjsjs. Aquí otro capítulo. Pensaba que iba a ser este el divertido pero realmente es el siguiente, esta vez de verdad,xd. Aunque este también está muy bien la verdad//
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por tí estaré
RandomPor tí estaré, eso le dijo la última vez que la vio Y lo cumplió, porque volvió a aparecer en su vida cuando más lo necesitaba