O3: Terremoto

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 𖥸 

El evento interesante del día había ocurrido justo frente a los expectantes ojos de Luca, quien, junto a toda la escuela, acababa de ver a Miles ser lanzado de manera impresionante por la chica rubia —cuyo nombre había descubierto que era Wanda—.

Luca esperaba afuera de la enfermería a que saliera cualquiera de los dos, respondiendo y enviando mensajes en su celular distraídamente para matar el tiempo. 

El primero en salir de ahí fue Miles, observando lo que parecían ser mechones de cabello rubio que se habían quedado pegados en su mano de manera misteriosa.

—¡Miles! — Llamó Luca en cuánto lo vio, acercándose cuidadosamente a él. Miles alzó la vista, y se vio momentáneamente aliviado de haberse encontrado con la chica de cabello corto, que estaba frente a él con expresión consternada. —¿Están bien? ¿qué pasó?

—Me... me pegué —. Explicó Miles, comenzando a caminar con Luca a su lado. Se sentía particularmente nervioso y avergonzado por las miradas burlonas que comenzaban a posarse sobre su persona al caminar.

—¿Te pegaste? ¿cómo que te pegaste? — Preguntó Luca, curiosa.

—No lo sé, solo... solo pasó y ahora todos lo saben —. Soltó Miles, paranoico cuando las risas y murmullos que giraban en torno a él aumentaron notoriamente mientras ambos adolescentes avanzaban por el concurrido pasillo. Alcanzó a oír una burla nada agradable de parte de un alumno que no se molestaría en voltear a ver.

—Cuidado con lo que dices —. Escuchó a Luca advertir con una severidad que no se imaginó que poseía. A pesar del nerviosismo, Miles no pudo evitar sentirse agradecido con la chica por aquello. — No hagas caso, Miles, solo saben repetir palabritas. Además... eso pudo haberle pasado a cualquiera —. Intentó consolar la chica, palmeando la espalda del moreno.

—¿Que su mano se pegara al cabello de alguien y que lo tuvieran que rapar por eso?

—Wow. ¿La tuvieron que rapar? — Algo chirrió dentro de Luca cuando vio al chico encogerse aún más. — A-ah, pero en serio, Miles, seguro estará bien. Tranquilo... 

Apreciaba los intentos de Luca por hacerlo sentir mejor, y sobre todo apreciaba que fuera la única que no estaba riéndose a carcajadas de su desafortunada situación. Pero en esos momentos las palabras de Luca no alcanzaban a llegar del todo a él, especialmente porque parecía que sus pensamientos y las voces de los demás se escuchaban el doble de fuerte dentro de su cabeza, cosa que aumentó su pánico y solo provocó que comenzara a avanzar más rápido.

Pero Luca seguía caminando a su lado, aunque ya no decía nada, ahora solo lo acompañaba con una mano posada cuidadosa y reconfortantemente en la espalda del chico mientras fulminaba con la mirada a los que alcanzaba a descubrir burlándose de su amigo.

Entre el pánico de Morales, y los ojos de Luca que se quedaron sosteniéndole una mirada —según ella— asesina a uno de los estudiantes burlones, terminaron chocando con el jefe de seguridad de la escuela.

—¡Oye! sé que anoche saliste a escondidas, Morales —. Luca sintió una oleada de alivio cuando escuchó al señor Salas pronunciar un apellido diferente al suyo, eso quería decir que su secreto estaba a salvo con el otro guardia. Gracias, guardia bonachón.

Calidez || Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora