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Su mano alcanzó de manera apresurada el timbre de la casa Solís, deteniéndose a solo centímetros de presionar el botón blanco, dubitativo.
Llenó sus pulmones de aire una última vez antes de dejar que su dedo empujara el timbre. Una alegre melodía corta se hizo sonar a la brevedad dentro de la casa.
"¡Sí, ya voy!"
Escuchó exclamar desde el interior. A Miles le puso nervioso no reconocer aquél tono de voz, sacudió un poco el hombro de su chamarra a pesar de que no estaba sucia y se aseguró de que sus agujetas estuvieran atadas, algo le decía que tenía que estar impecable.
Cuando la puerta principal abrió, se encontró con una mujer ligeramente más alta que él, de marrones ojos que le recordaron a los de Luca, llevaba el cabello canoso recogido y una expresión semi-sonriente en el rostro.
—¿Sí? — Miles reaccionó cuando la mujer habló, sonriendo amable pero nerviosamente a la que reconoció como la mamá de Luca.
—Ah, hola, soy Miles —. Temió ser rechazado cuando vio la expresión confundida de la contraria.
— ¿Miles Morales...? ¿amigo de su hija...? — A pesar del creciente nerviosismo que lo hacía encogerse en su lugar, Miles no dejó de sonreír.
—¡Oh! ¡Oh, sí! ¡Miles! — Se sintió aliviado al ver la puerta abriéndose por completo, la expresión desconcertada ahora enmarcaba una sonrisa amable. El moreno se sintió gustoso de descubrir el parecido físico que Luca tenía con su madre. — Soy Mónica, mucho gusto, mijo —. Extendió la mano al muchacho, quién aceptó el apretón mientras musitaba un "igualmente".
Mónica se hizo a un lado y le hizo un gesto con la mano al muchacho, invitándolo a pasar.
—Pasa, hijo —. Sonrió la mujer. Miles entró a la casa, quedándose de pie en la entrada incluso después de que Mónica cerró la puerta. Dio un vistazo rápido, parecía un lugar acogedor. Le llamó la atención un retrato familiar que descansaba en una repisa, donde distinguía a una Luca de aproximadamente seis años posando sonriente con sus padres y una chica a la que no reconoció. — Espero no se les haga tarde, Luca salió hace un rato con su padre a conseguir cosas que faltaban para la cena... pero ya no deben tardar, siéntate, anda. Estás en tu casa.
El moreno desvío la mirada de la fotografía para agradecer la hospitalidad de Mónica. Aún no sabía quién era la otra chica en el retrato, pero se dijo a sí mismo que le preguntaría a Luca más tarde.
Se sentó en uno de los sofás, aceptando la invitación que la madre de Luca le había hecho, pero algo le sorprendió: Mónica se sentó a la par que él, en el sillón que quedaba justo frente al que él había escogido. La mujer sonrió, y Miles devolvió el gesto de manera incómoda. No esperaba que ella se quedara ahí.
—Miles... puertorriqueño, ¿no? — Mónica tenía un método muy peculiar de conocer a los amigos de su hija, una estrategia que se había encargado de perfeccionar a lo largo de los últimos cinco años. En cuentas resumidas, se trataba de un interrogatorio meticuloso en el que se hacía uso de todos los instintos maternales existentes.
"Por eso no traigo a mis amigos"
Sí, sí, ya, mi niña, me lo vas a terminar agradeciendo, ya verás.
Miles asintió a la interrogativa, y Mónica dio por iniciado el interrogatorio.
—¿Ambos padres latinos?
—Ah, no... solo mi madre.
—Ya veo... ¿cómo se llaman?
¿Esto es... un interrogatorio? se preguntó Miles mentalmente, notaba la mirada inquisitiva de Mónica puesta sobre él a pesar de que trataba de disimularla con su sonrisa amable de labios carmesí. Tragó en seco, no se podía imaginar en una situación más incómoda, si Luca no llegaba pronto tendría que idear un plan de escape.
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Calidez || Miles Morales
Fanfiction(Miles Morales x fem!OC/reader) Porque las personas necesitamos de otras. Cuando Luca Solís pensaba que Visions Academy ya no tenía nada que ofrecerle, conoce la inigualable sonrisa de un muchacho que responde al nombre de Miles Morales, quien a su...